Nota de los autores: esta es una de las semblanzas que sobre diversos personajes hemos escrito durante algunos años. Por distintas razones, ésta no habíamos podido publicarla. El profesor Baptista la leyó en su momento, la agradeció con la sencillez que le caracterizaba, y quedamos en avisarle cuando la publicáramos. No alcanzamos a avisarle, pero la publicamos ahora como un merecido homenaje a este gigante del pensamiento venezolano.
Hay un profesor de economía en el IESA, quien fuera por un breve lapso Ministro de Estado para la Reforma de la Economía en el segundo gobierno de Rafael Caldera, de quien se dice que cuando termina una clase los alumnos tienen que hacer un esfuerzo hasta físico para no romper en aplausos. Su aspecto físico es el propio del prototipo que habitualmente se tiene de los profesores consagrados; y cuando se conversa con él, no defrauda.
Pautamos una entrevista para el lunes 29 de mayo de 2017 a las 10:30 am. Llegamos al IESA y luego de comprar café subimos a su oficina: no debíamos llegar tarde. Al entrar vimos estantes que albergaban un océano de libros cuidadosamente categorizados; y en el centro, frente a su computador, el profesor Asdrúbal Baptista.
El petróleo es su orilla
Asdrúbal Baptista, economista de profesión, considera que el “afán de ver y de entender necesita un punto de apoyo… una orilla desde donde ver al mundo”. Cuando Baptista descubre el petróleo y la polisémica “renta”, decide que esa sería su orilla.
Sus reflexiones sobre el tema serían una constante en su trabajo intelectual y madurarían en varias aristas alrededor del tema central: el impacto del petróleo como elemento generador de rentas para la economía venezolana.
Este interés de Baptista por el petróleo ha dado abundantes frutos: desde su extraordinario trabajo junto con el profesor Bernard Mommer sobre El petróleo en el pensamiento económico venezolano: un ensayo, hasta la célebre Teoría económica del capitalismo rentístico, entre otros.
Incluso el interés del profesor Baptista por la historia de Venezuela tendría su origen, precisamente, en la cuestión petrolera. Su destacada labor de compilador y editor dio vida a tres proyectos fundamentales para la comprensión del país y de su historia: Venezuela siglo XX: visiones y testimonios; Suma del pensar venezolano y El desafío de la historia.
Afortunadamente para los venezolanos, los intereses intelectuales de Asdrúbal Baptista se van a decantar en buena parte en pensar y hacer que otros piensen sobre la historia de Venezuela, y que expresen sus puntos de vista sobre lo que hemos sido (o dejado de ser).
Todo comenzó con una simple pregunta
Una inquietud que embargó a Baptista fue: ¿cómo era Venezuela antes del petróleo? Y dado que el “comienzo de la vida científica” es descubrir que se necesita tanto lo cualitativo como lo cuantitativo, comenzó “una maravillosa aventura” que todavía continúa: recopilar las Bases Cuantitativas de la Economía Venezolana (última edición por Fundación Artesano Group, 2011).
Esta compilación de indicadores económicos, comenzando en 1830, abarca una gran variedad de indicadores, incluyendo por ejemplo, datos primarios o censales: 1823-1990; Índice del Nivel General de la Actividad Económica: 1830-1995; Índices de producción de tabaco, textiles, muebles, maderas, cauchos y cueros: 1936-1968; composición por sectores del PIB no rentístico: 1925-1995 (bolívares de 1968); tasas de beneficio en el negocio petrolero: 1936-1995; Índice General de Precios: 1830-1995 (1968=100 y 1984=100), entre muchos otros.
Este esfuerzo implicó, incluso, que se le desprendiera la retina por estar tantas horas frente a su monitor. A la fecha de la entrevista, no había conseguido a alguien que asumiera el relevo de tan preciado proyecto.
Visiones y testimonios de un envidiable “grupo de amigos”
En Semana Santa de 1998, tras detener su caminata ante un semáforo a la salida de St. Antony’s College en Oxford, el profesor Baptista sintió la imperante necesidad de conmemorar el tránsito entre siglos. Entonces corrió a una tienda cercana y compró “un cuadernito” para hacer unas primeras anotaciones. Al volver a Venezuela en mayo de 1998, comienza la titánica labor de convocar “un grupo de amigos” para elaborar una magnífica recopilación de ensayos sobre lo que fue la vida venezolana en el siglo XX.
Y una madrugada, en su casa paterna en Mérida, el profesor Baptista dio nombre a este maravilloso y emblemático proyecto: Venezuela siglo XX: visiones y testimonios, proyecto editorial cuya base y sustento se le debe a la Fundación Polar.
Esta obra incluye desde un ensayo de Chi-Yi Chen sobre la demografía en el país durante el siglo XX, hasta las reflexiones de Arnoldo José Gabaldón sobre el ambiente y el desarrollo en el siglo XX, pasando por la crónica de la regulación económica en el siglo pasado por Gustavo Linares Benzo. Puede encontrarse también un entretenido ensayo de Rodolfo Izaguirre sobre el cine en Venezuela, o las consideraciones de Inés Quintero sobre el papel de la mujer venezolana en el siglo XX. Habrá espacio, también, para la explicación de José Rafael Lovera sobre qué y cómo comió el venezolano en el siglo XX.
Baptista cierra el Prólogo a la obra con una reflexión general sobre la historia, a partir de la obra que coordinó y que presenta: “La historia, no se nos escapa, puede bien convertirse en un peso insoportable. Y esta obra, como se dijo antes, es una obra histórica. El riesgo de aletargar a sus lectores, entonces, gravita sobre ella como un presagio, y no cesa de causarme intranquilidad. Una confianza me asiste, empero, y sobre su contenido debo hablar con entera honestidad. Viendo la obra en su conjunto, creo percibir en ella una cierta tesitura, tesitura, por demás, no sólo huidiza, sino también inestable, frágil, volandera. Me refiero a lo que asemejo a un angosto pasadizo que separa y diferencia lo que es la simple evocación de la atinada reconstrucción, el tono subido del recuerdo de la justa ponderación, la mirada complaciente y plegadiza de la actitud desprendida que admite, sin reparos ni hipocresías, la complejidad y natural ambivalencia de los actos que los hombres cumplimos. Si es cierto que ese pasadizo se lo halla aquí, servirá él para la travesía de las páginas que siguen, y así le habremos dado a las generaciones en camino la posibilidad de alimentarse sanamente del pasado y de acercarse a lo porvenir sin esperanzas fatuas no temores vanos”.
Diálogo y antología
Años después de la publicación de Venezuela siglo XX: visiones y testimonios, a principios ya del siglo XXI, Baptista tuvo otra idea: reunir a un conjunto de reconocidos venezolanos para “dialogar” sobre las reflexiones que otros venezolanos notables han realizado sobre el mismo tema. El resultado se esperaba fuera un compilado de las ideas más sugerentes que los venezolanos hemos tenido sobre nuestra vida colectiva y sobre las que han reflexionado los más claros intelectuales.
Por ejemplo, Héctor Valecillos ensayó un resumen sobre los aspectos fundamentales de nuestra población y dinámica demográfica y él mismo recoge otros tantos ensayos fundamentales sobre esa materia, entre los cuales se encontrará el de Alberto Adriani sobre Venezuela y los problemas de la inmigración. También por ejemplo, Rafael Fernández Heres ensaya sobre las corrientes de pensamiento que han dominado en la educación venezolana, pero también seleccionó para el debate la lección inaugural en la Universidad Simón Bolívar dictado por Rafael Caldera.
Estos ensayos y muchos más forman parte de la Suma del pensar venezolano, proyecto también impulsado desde la Fundación Polar, que sigue en proceso de edición y que representa un monumento a la venezolanidad.
Los tres tomos de Suma del pensar venezolano contienen un total de seis libros, y cubren las áreas temáticas relativas a Sociedad, Política y Economía. La obra en conjunto ya se ha concluido, y el tercero de los tomos está ya en la imprenta.
En el Liminar que presenta la obra, señalaría Baptista: “Se hace necesario acometer la tarea de revivir el pensamiento en Venezuela, y muy especialmente el pensamiento sobre Venezuela. Esto es así no sólo por la significación intelectual de la tarea, que es grande y que sirve por sí sola de plena justificación, sino por lo que es más imperativo: la urgencia que impone el futuro, la urgencia de la acción, que a menos que tenga eficaces guías puede errar el blanco y perderse en el vacío”.
Allí en el tercer tomo de la Suma del pensar venezolano se publicará un ensayo del profesor Baptista titulado Los números del petróleo: 1925-2012, como una continuación temática de las Bases Cuantitativas de la Economía Venezolana.
La historia: un desafío
Un tercer esfuerzo editorial para la divulgación de nuestra historia será El desafío de la historia, rigurosa pero entretenida revista de divulgación de la historia de Venezuela, que es un auténtico éxito editorial, gracias también al esfuerzo de la Editorial Macpecri. Cada número se dedica a un tema específico, si bien hay espacios para misceláneas de otros temas históricos. En el editorial correspondiente al primer número, advertirá el Editor Baptista: “La aparición de El desafío de la historia no debe constituir una sorpresa para nadie. La necesidad que se ha despertado de conocer los antecedentes que sostienen a la Venezuela del presente sólo puede satisfacerla, y en una importante medida, el conocimiento de su historia. Pero la historia es siempre un desafío: bien se la mira como una disciplina de estudiosos e investigadores que escudriñan el pasado para iluminar los hechos sucedidos: bien se la mira como el tiempo a disposición de las generaciones para realizar proyectos y cumplir tareas. Siempre será un desafío. De allí la aparición de El desafío de la historia”.
Para Venezuela ha sido una fortuna que entre los distintos intereses intelectuales de Asdrúbal Baptista se haya incluido la historia de Venezuela. Pero más fortuna aún han sido sus intuiciones sobre las distintas iniciativas que ha promovido para su divulgación.
A partir de allí ha quedado un registro para la meditación sobre Venezuela y los venezolanos.