Una semana después de haber sido sancionado por el Departamento del Tesoro de los EEUU, Alex Saab seguía siendo noticia. En una entrevista con Bloomberg, el ex director del SEBIN, Manuel Christopher Figuera, ahora exiliado en Estados Unidos, lo incluyó en un “monopolio de tráfico de oro” liderado por el hijo de Nicolás Maduro, Nicolás Maduro Guerra, de 29 años, mejor conocido como “Nicolasito”.
Esta revelación vino después de que Saab y su socio colombiano Álvaro Pulido fueran imputados por autoridades federales en Florida en julio, por estar involucrados en una operación de lavado de dinero en la que “transfirieron aproximadamente 350 millones de dólares fuera de Venezuela, a través de los Estados Unidos, a otras cuentas que les pertenecen o que controlan fuera del país”.
Pero la exposición pública de Saab y su socio Pulido había comenzado antes por sus roles en la importación de los productos presentes en las cajas o bolsas CLAP, y fue en buena parte gracias al trabajo de Armando.Info, un portal digital venezolano especializado en periodismo de investigación. Su investigación sobre lo que se ha convertido en una de las herramientas de control político más importantes para el régimen de Maduro trajo a este equipo de reporteros el reconocimiento de sus colegas, pero también los convirtió en blancos de retaliación.
Armando.Info fue creado en 2014 por los veteranos reporteros de investigación venezolanos Joseph Poliszuk, Alfredo Meza y Ewald Scharfenberg, que venían de trabajar en varios de los principales medios del país, en prensa y TV. Roberto Deniz, que trabajaba como periodista de la fuente económica en El Universal, se unió un tiempo después.
Este equipo pronto participaría en el esfuerzo periodístico multinacional de los Panama Papers en 2016 y en el de los Paradise Papers de 2017. Pero para entonces ya habían empezado a publicar sus hallazgos sobre una historia cuyas dimensiones apenas empiezan a ser asimiladas hoy.
Los amigos de Colombia
La saga CLAP empezó cuando el régimen de Maduro, durante la campaña para las elecciones para la Asamblea Nacional de 2015, lanzó un programa de alimentación que poco después se configuró en torno a los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción.
Desde el principio, hubo críticas por el uso abiertamente político del programa CLAP, a medida que se hacía más relevante ante la ola de escasez de 2016: quienes no votaran por Maduro eran amenazados de perder el acceso a los alimentos subsidiados. Pero Armando.Info se fijó más bien lo que había dentro de las cajas CLAP, pues venían llenas de productos importados, en su mayoría de México. Era para extrañarse, porque el Estado venezolano ya estaba pasando por un mal momento financiero.
Descubrieron que ni el Ministerio de Alimentación ni la corporación pública de servicios alimentarios eran responsables por esas compras, sino dos hombres de negocios colombianos: Alex Saab y Álvaro Pulido, que ya habían hecho negocios con el gobierno construyendo casas prefabricadas para la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Ambos empresarios estaban en el radar de Armando.Info, de acuerdo a Joseph Poliszuk, porque habían sido nombrados en reportes previos, como uno que involucra a su compañía Fondo Global de Construcciones en una operación de lavado de dinero relacionada con la moneda fallida del ALBA, el sucre. Ese caso había llamado la atención de las autoridades ecuatorianas. “Saab y Pulido tenían negocios con el gobierno antes del CLAP”, explica Poliszuk, “y siguieron haciéndolos incluso cuando otros se distanciaron de Maduro”.
Mientras más se enredaban Saab y Pulido con el régimen de Maduro, más preguntas surgían sobre sus antecedentes. La identidad misma de Pulido fue cuestionada en Colombia. Pero los vínculos de ambos con la ex candidata presidencial colombiana Piedad Córdoba y las estructuras de negocios que crearon les permitían sortear la vigilancia, usando por ejemplo una compañía registrada en Hong Kong, Group Grand Limited, que seguía un modelo similar al de Fondo Global de Construcciones.
Armando.Info reveló a comienzos de 2018 que la leche que traía el CLAP desde México no cumplia con los requerimientos mínimos de nutrición, lo que hizo que en se país pusieran la lupa sobre el programa. Meses después, las autoridades mexicanas desmantelaron una red que vendía productos de mala calidad a sobreprecio. Hace varias semanas, congelaron cuentas bancarias de personas y empresas relacionadas con esta red.
Los hallazgos de Armando.Info fueron confirmados por una fuente que hasta entonces había sido impensable como ayuda: la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, luego de que saliera del país después de las protestas de 2017.
Eso no detuvo a Saab y Pulido; siguieron expandiéndose a Turquía cuando el presidente Recep Tayyip Erdogan se convirtió en uno de los principales aliados de Maduro. En 2018, los productos turcos empezaron a ser mayoría en las cajas CLAP.
El valor real del CLAP
En este punto ya uno puede darse cuenta de la complejidad y el alcance de la red de contactos políticos que construyeron Saab y Pulido para hacer sus negocios. Para todos los que estaban involucrados en la noticia, aparte de la ardua labor de conseguir y conectar los puntos, había que hacer esta historia digerible para los lectores. Dice Roberto Deniz que comparado con esfuerzos previos, como los Panama Papers, está terminaría siendo una tarea mucho más larga.
El equipo de Armando.Info tuvo que buscar información en bases de datos sobre comercio internacional, mientras hacía que gente en Caracas entrara a las tiendas CLAP para comprar algunos de productos y obtener el número fiscal de los recibos. Así descubrieron que la compañía de distribución de alimentos Salva Foods 2015, la principal proveedora de las tiendas, era controlada por Carlos Liscano, un socio de Saab.
Cuando avanzó la investigación, Alex Saab tomó venganza. En septiembre de 2017, introdujo una denuncia por difamación contra Armando.Info en un tribunal en Caracas. Los involucrados en la investigación fueron acosados y su información fue compartida en internet. En febrero de 2018, ante el rumor de que les dictarían prohibición de salida del país, los tres editores de Armando.Info – Meza, Poliszuk y Scharfenberg – y el reportero Deniz – hoy co-editor del portal- se fueron de Venezuela. Meses después, el sitio web recibió una orden de Conatel: no podían nombrar a Alex Saab en sus reportajes.
Deniz nunca entendió por qué Saab, quien había permanecido en las sombras por tanto tiempo, decidió tomar esta acción. “La denuncia era una espada de Damocles sobre nuestras cabezas”, admite. Poliszuk cuenta que al principio las cosas fueron muy duras, pero que la necesidad de contar esta historia los hizo seguir.
Como cuenta el reportero colombiano Lorenzo Morales en el Global Investigative Journalism Network (GIJN), Deniz, Poliszuk y Schafenberg viven en Colombia, mientras que Meza está en Estados Unidos. No se sabe el status actual de la denuncia de Saab en Venezuela, así que no saben cuándo podrían volver al país.
Entre tanto, no hay ninguna señal indicando que el programa CLAP va a dejar de funcionar. Maduro defendió indirectamente a Saab y a Pulido después de que Estados Unidos los sancionará, a ellos y a otros miembros de su círculo cercano. Debe tener que ver con lo que dice Edison Arciniega, director de la ONG Ciudadanía En Acción, “una caja CLAP sirve más para controlar el orden público que cien bombas lacrimógenas”.
Esta pieza se publicó originalmente en Caracas Chronicles