“Hoy es un gran día para la ciencia y la humanidad. El primer grupo de resultados de las pruebas en fase 3 de nuestra vacuna proporciona evidencia inicial de su eficacia para prevenir el covid-19”, dijo el doctor Albert Bourla, CEO de Pfizer, en una rueda de prensa en la mañana del lunes. “Este es el principio del fin de la pandemia”, tituló The Economist.
¿En qué consiste la prueba?
La vacuna de Pfizer y BioNTech ya probó que causa efectos adversos suaves y una fuerte respuesta inmune, y se está probando en un rango mayor de edades, que incluye a adolescentes y ancianos. Como ya habíamos explicado, a diferencia de las fases de prueba 1 y 2, que se concentran en la información de seguridad y en la respuesta inmune, la fase 3 de pruebas comprueba cuán efectiva es una intervención para tratar (o en este caso prevenir) una enfermedad. En esta etapa, los investigadores reclutan grandes grupos de personas (para esta prueba más de 43.000 en seis países, incluyendo Argentina y Brasil), algunos de los cuales reciben la vacuna mientras que otros reciben un placebo. Entonces los investigadores evalúan, entre muchas otras cosas, si hay diferencias significativas en las proporciones de gente en ambos grupos que contrae la enfermedad en los meses siguientes. Si la vacuna es eficaz, se espera que menos de los participantes en la prueba se enfermen.
Eso es exactamente lo que mostraron los resultados preliminares de Pfizer, la primera farmacéutica que entrega los resultados preliminares de su fase 3, que comenzó en julio: la incidencia de nuevos casos de covid en personas vacunadas durante los siete días posteriores a la segunda dosis fue un 90 % más baja que en el grupo que no fue vacunado.
¿Cómo sería esta vacuna?
La candidata a vacuna de Pfizer y BioNTech, con el nombre de BNT162b2, se basa en la tecnología más reciente de ARN, similar a la desarrollada por la farmacéutica estadounidense Moderna. Estas vacunas usan ARN viral para que nuestras células produzcan una proteína SARS-Cov-2, que entonces es reconocida como extraña por nuestro sistema inmunológico, que lanza una fuerte respuesta para proteger al cuerpo de la enfermedad.
La BNT162b2 se administraría en dos dosis separadas por 21 días.
¿Esta noticia nos libera de las medidas de confinamiento y distancia social?
No. Lo que estaban evaluando los investigadores era el impacto en casos sintomáticos de covid, que no es lo mismo que casos de infecciones, porque hay gente infectada que no presenta síntomas. Esta vacuna parece ser capaz de prevenir el desarrollo de la enfermedad clínica, pero no sabemos si impedirá que nos infectemos del coronavirus, es decir que el virus se siga transmitiendo. Mientras no podamos prevenir la transmisión, hay que mantener las medidas de distancia social, al menos mientras podamos proteger a las personas más vulnerables que pueden desarrollar casos severos, como los ancianos, los que tienen condiciones respiratorias o el personal de salud.
De hecho, estas personas deberán recibir la vacuna primero que todos los demás.
¿Qué falta entonces?
No basta con la rueda de prensa. Este estudio de Pfizer y BioNTech se debe publicar en una revista arbitrada y debe revisarse mejor, y se seguirá estudiando a los pacientes que participan en la prueba hasta diciembre de 2022, pero tendremos resultados finales mucho antes.
Para mí la dificultad más importante es que el ARN es una molécula muy inestable y debe almacenarse a temperaturas muy frías para evitar su degradación. Esto significa que hay que conservar la vacuna de Pfizer a 80 grados centígrados bajo cero, hasta que se administre a una persona. Ese es un gran reto logístico en cualquier lado, pero mucho más en los países que no tienen la infraestructura o la producción de energía eléctrica necesaria para mantener la cadena de frío de una vacuna que se supone será aplicada en la población entera.
No sabemos tampoco cómo estos países podrían pagar la vacuna. Las organizaciones multilaterales (Banco Mundial, FMI, etc) y los socios globales de la salud serán actores clave para ello, pero igual es un reto colosal producirla a gran escala. Pfizer dice que solo puede producir unas 50 millones de dosis en lo que queda de 2020, es decir, que se podrá vacunar a 25 millones de personas. En 2021, la empresa espera poder tener 1.300 millones de dosis, que es mucho, pero sigue siendo insuficiente para acabar con la pandemia.
Sin embargo, esta prueba sugiere que otras candidatas a vacuna que están usando métodos similares pueden llegar pronto a resultados positivos. En este momento hay once candidatas en fase 3 de pruebas; si logran lo mismo que Pfizer y BioNTech, entre todas podrán sumar su producción para ir cubriendo la demanda global.
En cuanto a Venezuela, es demasiado pronto para saber cuándo habrá una vacuna, y de cual farmacéutica. El régimen de Maduro insiste en apoyarse en sus aliados tradicionales, y es posible que Venezuela participe en las fases 3 de las candidatas a vacuna de China y Rusia. De todos modos es difícil imaginar a los hospitales venezolanos con congeladores capaces de conservar estas vacunas sin interrupciones de energía. No debería sorprendernos que las vacunas para el covid sean importadas al país en pequeños números, por empresarios privados, y se vendan en dólares a quien pueda pagarlas.