Después de ocho horas de haber anunciado elecciones generales, Evo Morales renunció a su cargo de Presidente desde Chimoré, en Cochabamba, adonde llegó en el avión presidencial. Su renuncia ocurre después de una escalada de renuncias de gobernadores, alcaldes, diputados y senadores de su partido en todo el país, además de ministros y diplomáticos, con la sugerencia de decenas de voceros políticos, militares y civiles sobre la pertinencia de su renuncia. Su discurso fue manipulador. No mencionó sus 14 años de gobierno, su violación a la Constitución, al mandato popular del referéndum que perdió, ni el fraude electoral ejecutado por su empeño de eternizarse en el poder. A las 16:52, Evo Morales presentó su renuncia asegurando: «Aquí no terminó la vida, la lucha sigue». La expectativa se mantiene por la renuncia de toda la línea de sucesión constitucional en Bolivia, lo que presiona un escenario inconstitucional que abone el discurso de golpe de estado.
Lo que no dice Morales
En 2008, Evo impulsó una nueva Constitución que permite solo una reelección, pero en 2016 consultó en un referéndum la posibilidad de la reelección indefinida. El 51 % de los bolivianos se pronunciaron en contra de facilitar una nueva reelección. Sin embargo, en 2017 el Tribunal Constitucional Plurinacional le permitió a Morales ser candidato porque “sus derechos políticos”, al ser derechos humanos, estaban por encima de la Constitución. Así que en 2018, el TSE admitió la candidatura con el mismo argumento. En ese contexto se celebró la primera vuelta electoral, cuyo conteo de votos se detuvo durante casi un día, provocando acusaciones de fraude y disparando las protestas y huelgas. Pero la paralización del conteo no fue el único detonante: también se le reclamaron al gobierno el transporte inadecuado de las urnas y actas a los Tribunales Departamentales y que este se opusiera a la auditoría de la OEA. Además, el especialista en sistemas Édgar Villegas denunció varias irregularidades en el conteo de votos, incluyendo la reducción de votos a partidos y el cambio de tendencia.
19 días de tensión
La situación en Bolivia se había tornado más explosiva desde el viernes, con el amotinamiento de la policía en varias regiones del país. El agravamiento del conflicto llevó a Evo a plantear el sábado un diálogo nacional que fue rechazado por la oposición. A tempranas horas del domingo, el concejal opositor de Potosí informó que una delegación de casi tres mil mineros que se dirigía a La Paz fue interceptada por grupos afines al gobierno y les dispararon dejando tres heridos de bala. Morales había acusado el sábado a la oposición de intentar un golpe de estado en su contra. Sin embargo, las Fuerzas Armadas dijeron que no se enfrentarían con el pueblo. Esto después de varios días de choques entre partidarios y detractores de Evo por las sospechas de manipulación de votos, que dejan el triste saldo hasta ahora de tres muertos, 384 heridos y decenas de detenidos, según datos de la Defensoría del Pueblo. Los opositores Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho —líder civil de Santa Cruz— pidieron reiteradamente la renuncia de Morales. Camacho inclusive planteó una marcha hasta la casa de Gobierno para entregarle a Evo una carta de renuncia solo para que la firmara. Los opositores no solo rechazaron la oferta de diálogo, sino que se comprometieron a mantener sus demandas. Al negarse a reprimir las protestas, la FFAA cambió todo el juego.
Un informe demoledor
En medio de la convulsión social, la OEA había iniciado hace días la auditoría del proceso electoral. El que el gobierno avalara este análisis generó suspicacia en la población y líderes opositores. “En los cuatro elementos revisados (tecnología, cadena de custodia, integridad de las actas y proyecciones estadísticas) se encontraron irregularidades que varían desde muy graves hasta indicativas. Esto lleva al equipo técnico auditor a cuestionar la integridad de los resultados de la elección del 20 de octubre pasado”, dicen los técnicos de la OEA en su informe, que sugirieron anular ese proceso y comenzar de nuevo. Los 36 expertos de 18 países que desde el 1º de noviembre evaluaban el proceso de votaciones, concluyeron que este estuvo reñido con las buenas prácticas y que no se respetaron los estándares de seguridad. «Las manipulaciones al sistema informático son de tal magnitud que el Estado boliviano debe investigarlas profundamente para llegar al fondo y asignar responsabilidades en este caso grave», añade el informe de la OEA.
La oferta inútil
La mañana de este domingo, aún en su cargo, Evo Morales había anunciado la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales, luego de que la comisión técnica de la Organización de Estados Americanos (OEA) entregara su informe preliminar recomendando la repetición de los comicios celebrados el pasado 20 de octubre. Con un tono adusto, Evo aseguró que cambiarían a todos los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y que las nuevas elecciones permitirían “al pueblo boliviano elegir democráticamente a sus autoridades”, con “nuevos actores políticos”. Añadió que el Parlamento boliviano, el órgano competente para renovar el TSE, iniciaría pronto el proceso para nombrar nuevas autoridades. Insistió en afirmar que adoptó esa decisión para “bajar toda la tensión” y “pacificar Bolivia”. Morales no mencionó el informe preliminar de la auditoría de la OEA.
“No renuncio”
Evo Morales descartó en la mañana su renuncia, y evitó hablar sobre una posible candidatura en el nuevo proceso electoral, alegando que hablar sobre su postulación o renuncia podría alentar la convulsión social: “En este momento las candidaturas deben ser secundarias, lo primero es pacificar Bolivia. Vamos al diálogo y acordemos cómo cambiar nuestro TSE y lo segundo, en qué tiempo podemos garantizar unas nuevas elecciones”, declaró, enfatizando que su gestión concluye en enero de 2020, y que él debe cumplir su rol constitucional.
Las horas finales
- Primero, la Fiscalía General instruyó el inicio de acciones legales «para el procesamiento y juzgamiento» de los vocales del TSE y «demás autores y partícipes» de las irregularidades detectadas en las elecciones.
- Luego, el Alto Mando Policial puso a disposición a todos los órganos investigativos para dar cumplimiento al requerimiento de la Fiscalía.
- El Alto Mando Militar anunció operaciones aéreas y terrestres contra grupos armados (pro Evo), tras producirse varios ataques a caravanas de autobuses de opositores.
- El fiscal de La Paz, William Alave, informó sobre las órdenes de aprehensión para los vocales de los tribunales electorales supremos y departamentales, por falsear material y delitos de corrupción.
- La policía y la Fiscalía tomaron la sede del Tribunal Supremo Electoral.
- Detuvieron y mostraron en televisión a la presidente y al vicepresidente del TSE, tras solicitud de la Fiscalía General. Fue absurda semejante humillación.
- Renunciaron: el presidente y vicepresidente de la República; el presidente y primera vicepresidenta del Senado y también el presidente de Cámara de Diputados.
- La senadora opositora Jeanine Añez, 2da vicepresidente del Senado, informó que asumiría el cargo de presidente del Estado.
- Este lunes el Senado analizará las renuncias presentadas. Por ley, le corresponde a la presidencia del Senado asumir la Presidencia de la nación y convocar a elecciones en un plazo no mayor de 90 días. También deben nombrar un nuevo TSE.
- En su residencia oficial de La Paz, México recibió a veinte personalidades del Gobierno de Bolivia, extendiendo su oferta de asilo a Evo Morales.
- El secretario General de la ONU, Antonio Guterres, expresó su preocupación por la situación en Bolivia.
- Evo Morales denunció una orden de aprehensión en su contra. El Comandante Nacional de la Policía aclaró que hasta ahora la Fiscalía no la ha emitido y que, además, desconocen el paradero de Evo.
…
Evo pudo culminar una gestión con altos niveles de aprobación y buenos resultados económicos, pero decidió violar la Constitución, burlar el mandato del referendo y hacer trampa en la primera vuelta electoral para no darle más cancha a sus opositores. Solo Morales es responsable de su caída. Las protestas de estos días tienen asideros, tantos y tan profundos, que terminaron sumando el motín de la fuerza pública. Evo no quiso medirse en unas elecciones libres y optó por renunciar, rellenando el discurso victimista de sus pares que ahora denuncian un golpe de Estado. Ojalá que Bolivia salga de esto armando una transición ordenada, un pacto de gobernabilidad democrática y sus elecciones libres.