Cuando nos adentramos al mundo de la música clásica, Venezuela es un ejemplo de excelencia, innovación y activismo. No es casual que los directores de la LAPhill, la San Diego Symphony Orchestra o de La Fenice en Venecia sean venezolanos, puesto que nuestro país es la cuna de uno de los métodos de educación musical más innovadores del mundo: el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles.
Fundado en 1975 por José Antonio Abreu, ha dado mucho que hablar por su enfoque único en la educación musical y desarrollo social. Su filosofía pedagógica se fundamenta en estos principios: todos los niños y jóvenes, sin importar sus condiciones socioeconómicas, tienen el derecho a tener acceso a la educación musical; y la educación musical es capaz de desarrollar habilidades y sensibilidades fundamentales para el crecimiento personal y el desempeño ciudadano. En Venezuela, debido al apoyo gubernamental y de organizaciones internacionales durante los últimos cuarenta años, estos principios sirvieron como la base de una red de orquestas y coros juveniles que se extiende por todo el territorio nacional y que es reconocida en el mundo por su éxito al hacer la educación musical más accesible y utilizarla como un mecanismo para proveer el crecimiento integral de sus estudiantes.
Estados Unidos es uno de los países que sirve para entender mejor el impacto de esta pedagogía en el panorama mundial de la música clásica.
Todo empezó en Boston
Para poder entender la historia de la expansión de las ideas del Sistema en Estados Unidos, la persona clave es Mark Churchill, decano emérito en el New England Conservatory en Boston. Churchill tiene una relación de varias décadas con el continente suramericano y fue uno de los primeros proponentes de las ideas del Sistema en este país. Pude hablar con Churchill en una videoconferencia sobre el tema a finales del mes de agosto.
Churchill comentó que sus primeras experiencias en América Latina fueron giras cortas con un trío de música de cámara, el Trío Panamericano, y residió en Brasil por un año haciendo una investigación para su tesis doctoral. No obstante, su relación con el continente se fortaleció cuando asumió el cargo de Decano de Preparatoria y Educación Continua en el New England Conservatory, o NEC, en Boston, Massachussets. Allí le encargaron la tarea de establecer y fomentar relaciones con otros organismos musicales alrededor del mundo. Churchill tenía experiencia estableciendo orquestas que integraban miembros de varios países asiáticos y el siguiente paso sería hacer un proyecto parecido en América Latina.
Después de varias giras por el continente, incluyendo una exitosa residencia en Venezuela en 2001, Churchill quedó “profundamente cautivado por todo el trabajo que se estaba haciendo en el país” y consideró que el mejor candidato para crear una orquesta juvenil en las Américas en colaboración con el NEC era el Sistema de Orquestas de Venezuela y su director José Antonio Abreu. Semanas después, en una reunión con Ana Milena Gaviria, primera dama de Colombia, y con Hilda Ochoa-Brillengburg, una empresaria venezolana y Chief Investment Officer del Banco Mundial, el NEC y el Sistema de Orquestas sellaron un acuerdo de colaboración mutua. Este fue el principio de una relación institucional que con un Acuerdo de Amistad, en 2005, definió intercambios estudiantiles y de profesores, conciertos en conjunto y proyectos de investigación.
El acuerdo con el New England Conservatory fue algo clave para que el Sistema Nacional de Orquestas ganara popularidad en la escena musical mundial.
En 2009, la metodología del Sistema de Orquestas y las imágenes de la Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, ejecutando repertorio de alto nivel, cautivaron el mundo de la música clásica. En medio de giras internacionales y después de la recomendación de Churchill, la organización TED le confirió a José Antonio Abreu el TED Prize, para individuos con ideas innovadoras que desean cambiar el mundo. Parte del premio incluía un llamado a los miembros de la organización a financiar un deseo del recipiente. Abreu decidió crear un programa de estudios de postgrado para educar y galvanizar las ideas del Sistema en Estados Unidos: los Abreu Fellows del New England Conservatory.
Los cincuenta miembros originarios viajaron por Venezuela estudiando de cerca los métodos pedagógicos del Sistema y fundaron el primer grupo de programas inspirados en el Sistema en Estados Unidos. Con este contexto histórico, es pertinente entonces explorar algunos de los programas que expanden las ideas del Sistema en EEUU.
Hay que entender por qué esto prendió en Boston. Debido a la estrecha relación entre el NEC y el Sistema de Orquestas, la ciudad cuenta con múltiples programas. Mariesther y Mariaelisa Alvarez, violinistas venezolanas, lideran el Boston String Academy, un programa de educación musical que se especializa en instrumentos de cuerdas. Desde 2011, sirve a las comunidades de Allston y Chinatown y maximiza el acceso a la educación musical usando la infraestructura de escuelas primarias en el área. Mariesther Alvarez comentó que más allá del acceso a la música, un aspecto clave de los programas inspirados en el Sistema es un compromiso con la excelencia. Esta academia logra maximizar el acceso a la música ajustando el costo del programa en función al estatus socioeconómico de las familias que lo conforman para que este factor no sea un obstáculo. Además, sus estudiantes son constantemente admitidos en programas nacionales de organizaciones inspiradas por el Sistema y han sido invitados en múltiples ocasiones a colaborar con Gustavo Dudamel, tanto en su residencia en Princeton University en 2019 como en un encuentro interamericano de orquestas en México en 2018.
En otro rincón de la ciudad, Jorge Arturo Soto lidera el programa Sistema Side-by-Side, que pertenece a Longy School of Music de Bard College. Este programa fue creado para proveer a estudiantes de programas de música inspirados en el Sistema con la experiencia musical completa. Muchos núcleos en el área, comentó Soto, solamente tienen programas de instrumentos de viento o de cuerdas, pero no integrados. Por ende, había una oportunidad para crear una experiencia educacional en la que los estudiantes pudiesen tocar en orquestas completas. Los músicos viajan desde todos los rincones del estado y trabajan con estudiantes de Longy en repertorio orquestal. Este programa no solo se centra en formar estudiantes, al colaborar con estudiantes universitarios de música, también prepara a futuros docentes con las ideas fundamentales del Sistema. De hecho, Longy es una institución muy comprometida con el desarrollo de docentes influenciados por las ideas del Sistema. La institución recientemente creó un programa de maestría para docentes donde se estudian las ideas de docencia e impacto social de la música que son claves en este tipo de programas.
De costa a costa
El impacto del Sistema en EEUU no solo se limita a Boston. Los Abreu Fellows, que ahora son conocidos como los Sistema Fellows, ayudaron a crear programas en todos los rincones de EEUU. Un ejemplo de ellos fue Stanford Thompson, un trompetista graduado en Curtis con un profundo sentimiento cívico que fundó un programa en Filadelfia, Play On Philly. En una entrevista por videoconferencia, Jessica Zweig, quien dirige uno de los núcleos de este programa, afirmó que el proyecto emergió de la orquesta juvenil de la ciudad pero que su enfoque fundamental está radicado en la idea de que “los niños de comunidades vulnerables merecen el mismo acceso a la educación musical que cualquier otro niño”. Músicos como Sir Simon Rattle, director de la Sinfónica de Londres y antiguo director de la Filarmónica de Berlín han colaborado con el programa, sede de uno de los primeros trabajos de investigación formal sobre el impacto del Sistema y su metodología de educación. En 2017, la organización colaboró con Steve Holochwost y otros investigadores de Johns Hopkins University y encontraron evidencia que vincula el método de educación inspirado en el Sistema con alto desempeño académico y alto desarrollo de conducta e interacción social.
En la costa oeste del país, en Portland, Oregon, Seth Trubyn está liderando el programa Bravo Youth Orchestra (BYO). Trubyn no fue uno de los Abreu fellows, me comentó en una entrevista. Sin embargo, uno de sus mejores amigos, David Malek, fue miembro de este grupo y lo introdujo al mundo del Sistema.
“Cuando vi los videos de las orquestas, me dije: Este es el mundo al que quiero pertenecer”.
BYO está basado en escuelas primarias en el norte de Portland, una de las zonas de más riesgo socioeconómico, en la que la educación musical era casi inexistente. Al igual que en el Sistema en Venezuela, la admisión de los estudiantes es gratuita. Trubyn opina que las ideas del Sistema presentan una solución a un problema de acceso a la música clásica que hay en EEUU. De acuerdo a Trubyn, en el país hay excelentes orquestas e instituciones de educación musical de prestigio, pero no un vínculo que conecte estas organizaciones con toda la población, y considera que las ideas del Sistema se están volviendo la solución para este problema de equidad.
Trubyn es muy consciente del impacto y la responsabilidad social de organizaciones inspiradas en El Sistema. En el comienzo de la pandemia del covid-19, y en colaboración con otras entidades en la comunidad, Trubyn creó un programa de entrega de comida sin costo a las familias miembro del programa que empezaron a experimentar inseguridad económica en la pandemia para solventar parte de sus necesidades.
Los Abreu Fellows continúan teniendo un impacto importante en la expansión del Sistema fuera de Venezuela. Sin embargo, otro factor clave en este proceso fue la llegada de Gustavo Dudamel a la dirección artística de la Filarmónica de Los Ángeles. Desde su llegada, la Filarmónica ha creado el programa más famoso del Sistema en EEUU, la Orquesta Juvenil de Los Ángeles (YOLA). Angelica Cortez, gerente de la organización, comentó que el programa no fue iniciado directamente por Dudamel. Deborah Bordah, presidenta de la Filarmónica, se inspiró en crear este programa durante una visita al Sistema en Venezuela. No obstante, la llegada de Dudamel a LA, incrementó los esfuerzos y solidifica en diez años un programa que sirve a más de cien estudiantes en cuatro núcleos y que colabora constantemente con múltiples organizaciones como eHarmony o Heart of Los Angeles.
Una de los aspectos que distingue a YOLA es que enfoca el desarrollo artístico y social de sus estudiantes y busca darles la capacidad de decidir que rol quieren tener en el mundo de la música, en vez de exclusivamente seguir patrones tradicionales. Además, la organización busca incrementar la idea de acceso no solo llevando la educación musical a diferentes comunidades que no la han recibido históricamente, sino también buscan llevar estas comunidades al mundo de la música clásica. YOLA intenta reflejar la cultura e identidad de sus miembros en el repertorio que estudian, lo que es importante para enriquecer el repertorio orquestal con diversidad.
Sam Trevethan, quien dirige Kids Orchestra en Baton Rouge, Louisiana, trabaja con una idea similar. Trevethan comentó que en su programa hay un énfasis importante en la síntesis de la diversa historia cultural de Baton Rouge y Nueva Orleans con el mundo de la música orquestal. Trevethan también comentó que el desarrollo de su programa se inspiró en la llegada de Dudamel a Los Ángeles. Kids Orchestra está basado en escuelas primarias y, al igual que YOLA, tiene una idea única con respecto a la idea de acceso a la música. Este programa está integrado con la Louisiana State University y cree que las ideas del Sistema no deben ser exclusivas para los estudiantes sino también para los futuros instructores de música que no conocen esta filosofía pedagógica. Kids Orchestra no solo educa músicos sino también docentes, los cuales expandirán estas ideas en el futuro.
Esta no es una lista exhaustiva de todos los programas inspirados en el Sistema que hay en EEUU, y mucho menos en el mundo. Sin embargo, evidencia el impacto de la filosofía pedagógica que comenzó en Venezuela y que se ha vuelto un símbolo de innovación y excelencia en el mundo de la música clásica.