Hay quienes hablan de dos Venezuelas. Dos realidades económicas, sociales y políticas muy distintas compartiendo un mismo territorio. La rica y la pobre. La desnutrida y la obesa. La civil y la incivil. La chavista y la opositora. La saudita y la norcoreana. 

Por mi parte, después de recopilar datos para esta nota, he llegado a la conclusión de que son más de dos, pues hay una amplia gama de grises entre ese blanco y negro al que nos tienen acostumbrados los líderes de ambos lados. 

Basta ver la economía de nuestra hallaca a finales de 2021. La estrella de los platos navideños venezolanos no solo costará este año alrededor de 1.000 % más de lo que costó en bolívares en 2020 —lo que representa un alza de precios muy superior a la que acaba de publicar el Banco Central de Venezuela como tasa de inflación anualizada al cierre de noviembre (769 %)—, además mostrará la huella de 8 años de recesión, 4 años de hiperinflación, la disminución de la capacidad productiva de la industria nacional a un 20 % de lo que era en 2013 y la pérdida de más del 99 % del valor de nuestra moneda.

Lo primero que me vino a la mente cuando empecé escribir, es que este año pasaré las fiestas sin mis hijos, que emigraron, y sin tantos otros familiares y amigos que amo y extraño a mares. De los casi 100 familiares con los que yo compartía la mesa navideña, 47 se dispersaron por tres continentes. 

Mejor sigamos con los números. 

Un dólar si se hace en casa

Si usted compra los ingredientes para hacer 50 hallacas sencillas este mes, tendrá que pagar una factura muy distinta dependiendo de dónde haga la compra. El rango oscila entre 36 y 70 dólares. Es decir, en promedio y dependiendo de dónde compre los insumos, producir una hallaca hoy costaría entre 0,7 y 1,4 dólares.

En algunos supermercados y bodegones de Caracas, como Unicasa, Excelsior Gamma, Plaza, Bicentenario, Central Madeirense o La Muralla, la suma de ingredientes varía de 36 a 70 dólares. En los mercados como Quinta Crespo, Guaicaipuro, El Cementerio o Chacao, va de 38 dólares a 58 dólares.

Entre los ingredientes considerados en esta nota (harina de maíz, aceitunas, pasas, alcaparras, ajoporro, pollo, cerdo, carne de res, tomate, cebolla, cebollín, ajo, ají dulce, onoto, hojas de plátano, aceite, encurtidos, pimentón, hilo pabilo… sin almendras), hay oscilaciones importantes en las hojas de plátanos (2 dólares a 3,5 dólares por kilo), aceitunas (2 a 5 dólares), carne (3,5 a 9 dólares) y alcaparras-pasas (3 a 5,5 dólares).

Revisamos también los precios de los platos navideños. En el centro de Caracas, el combo hallaca, pernil y ensalada de gallina vale 3 dólares. Pero a pocas cuadras, en un restaurante en La Candelaria, puedes pagar hasta 20 dólares. 

En Pollos Hermanos Riviera, pagarías 7 dólares (hallaca, ensalada y pan de jamón) o 10 dólares (si incluye una porción de pernil a ese plato). Y si prefieres otro nivel, lo tienes en Alto en Los Palos Grandes (35 dólares), La Castañuela en Las Mercedes (29 dólares) y Moreno en Altamira (28 dólares).

Un punto medio son por ejemplo Casa Bermeo en La Candelaria y Dolce Vita en Altamira, donde el precio del plato navideño oscila entre 10 y 15 dólares.

Multisápida con toques rusos y turcos

Como decía Arturo Uslar Pietri, la hallaca es un testimonio del proceso de mestizaje, con “el maíz y la hoja del bananero de los indios, la pasa y la aceituna de romanos y griegos, la alcaparra y la almendra de los árabes, la carne del ganado de los capitanes pobladores de Castilla”. Este año ese concepto de Uslar se materializa como nunca, porque con la caída de producción de la industria nacional y el importante aumento de las importaciones de países aliados a la administración chavista, que entraron incluso sin pagar aranceles ni IVA en 2021, varios de los ingredientes que los venezolanos usaban tradicionalmente para hacer sus hallacas ya no solamente son producidos acá o importados de España, Italia, Estados Unidos o Portugal, sino también de Turquía, Rusia, Ucrania, Argentina y otros socios suramericanos. 

Por ejemplo, el tercer secretario de la Embajada de Turquía en Venezuela, Hüseyin Özen, informó a la Agencia Anadolu que la empresa de chocolates venezolanos Zisnella, entre otros, está importando olivas y avellanas turcas al menos desde 2017. 

Los aceites venezolanos como Vatel, Mazeite y Mary ya no solo compiten con los Gallo, Carbonell, Colavita, Olitalia, Wesson y Kirkland, de España, Italia y Estados Unidos, sino también con el Olyan de Ucrania o el Kaldini de Argentina. Y le pasa lo mismo a los encurtidos y aceitunas de Nina, Eureka, Fragata, La Giralda y Krinos, con los de Sibas y Tukas, de Turquía. 

Se consiguen incluso harinas de trigo y de maíz importadas de Latinoamérica, de las viejas repúblicas soviéticas y de los países árabes. Y a precios similares e incluso inferiores a las que se producen en Venezuela. Así que no es descartable que algunas de las hallacas que serán comidas este 25 o 31 de diciembre sean hechas con estos insumos en lugar de la típica mezcla de Harina Pan y onoto.

La locura de los accesorios

En cuanto a los arbolitos de Navidad, si los compras en el centro o el oeste de la capital, el rango oscila entre 75 y 500 dólares. Pero si los compras en el este de la ciudad, podrás hallar árboles naturales ya adornados que cuestan hasta 3.500 dólares.

Los panes de jamón más económicos suelen conseguirse entre las personas que han empezado a producir comida en sus casas. Los más baratos están en 6 dólares (35 cm) y los más caros pueden hallarse en restaurantes y hoteles hasta por 25 dólares.

El precio de los kilos de uvas también varía mucho. Se pueden conseguir uvas criollas a 3 dólares por kilo en mercados populares de Catia y Quinta Crespo y en algunos locales de ventas de frutas visitados en los municipios Baruta, El Hatillo, Libertador y Chacao estas uvas se consiguen a 7, 12 y hasta 15 dólares por kilo.