La nueva reconversión monetaria no sanará a la economía venezolana

Mientras no haya cambios estructurales en el modelo económico, el país no podrá vencer la devaluación, la pérdida del poder adquisitivo, la hiperinflación ni la recesión 

La nueva reconversión repite el ciclo de hacer el etiquetado posible para la hiperinflación, no mucho más

Foto: EFE

Una nueva reconversión monetaria está en camino. Sería la tercera en trece años. Y al igual que las de 2008 y la de 2018, solo será un paliativo para solucionar la escasez de efectivo y las complicaciones contables del sistema, una reforma cosmética para maquillar de nuevo la enferma economía venezolana. No para sanarla. 

Con esta nueva reconversión no se resolverá ninguno de los gravísimos problemas económicos que el país sufre desde hace años: ni la hiperinflación, ni la devaluación, ni la recesión. En eso coinciden todos los economistas, analistas financieros y líderes empresariales consultados por Cinco8 para este análisis.

Sin anuncio oficial

Sabemos que se acerca una reconversión porque a principios de año la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) convocó a representantes de la banca nacional para hablar sobre el tema, pero hasta la fecha no han hecho ningún anuncio oficial. En enero, una fuente bancaria informó a El Diario que planeaban “eliminar seis ceros y reducir la existencia del dinero. No tiene sentido imprimir dinero que es disfuncional. Hay que resetear el bolívar. Con el Carnet de la Patria se va a bancarizar a buena parte de la población”.

Pero lo único que ha ocurrido hasta ahora es la introducción de tres nuevos billetes en el cono monetario circulante, los de 200.000, 500.000 y 1.000.000 de bolívares soberanos. Ah, y que Maduro mostró interés por digitalizar los medios de pago. “El dinero físico desaparece y para Venezuela es una gran ventaja”, dijo en una entrevista transmitida por Telesur a finales de 2020, tras mostrar un gráfico que evidenciaba que apenas un 3,4 % de los gastos del hogar se está pagando con dinero en efectivo.

Para entonces, ya habían autorizado a la banca nacional a abrir cuentas de ahorro y corriente en divisas extranjeras para que los usuarios pudieran hacer pagos con ellas, aplicando las correspondientes equivalencias en bolívares con la tasa cambiaria oficial del Banco Central de Venezuela (BCV).

¿Dónde está el BCV?

En mayo, líderes del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) y de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) solicitaron al BCV aplicar ya una nueva reconversión monetaria, básicamente para resolver problemas contables básicos y de operatividad comercial, empresarial y financiera de sus miembros.

No solo “se genera dificultad a la hora de pagar porque las cifras son muy grandes, sino que las etiquetadoras no tienen cómo expresar números tan grandes”, declaró recientemente Felipe Capozzolo, expresidente de Consecomercio. El dirigente empresarial destacó que ya la propia gente está restando tres ceros al precio real en sus locales, para facilitar los procesos, pero que ese pragmatismo informal también está causando inconvenientes y malentendidos que pudieran evitarse con otra reconversión monetaria. 

“Una reconversión deja números más racionales y comprensibles, pero hay que facilitar medios de pago, el vuelto, que afecta la transaccionalidad de bienes y servicios”, acotó Capozzolo.

A juicio de Consecomercio, la nueva reconversión monetaria debe venir acompañada de medidas complementarias que permitan derrotar la hiperinflación y recuperar la estabilidad en el valor de la moneda nacional y el poder adquisitivo de todos los venezolanos.

“La hiperinflación es un problema muy grave, no solo para los comerciantes, el más afectado definitivamente es el consumidor, ya que sufre la pulverización de sus ingresos en bolívares y ese es uno de los impuestos más altos que la ciudadanía debe pagar. Además, genera un tema complejo con el manejo de las cifras que definitivamente se debe abordar, pero lo primordial es subsanar las causas de esa raíz inflacionaria”, declaró Tiziana Polesel, la nueva presidente de Consecomercio.

Sin reformas estructurales, no hay salida 

El economista Leonardo Buniak advierte que será imposible vencer la hiperinflación sin reformas económicas estructurales. “Una de ellas es devolverle al BCV su plena autonomía”, explica. “Detener el proceso de monetización del déficit fiscal. Es decir, el financiamiento monetario de la gestión fiscal deficitaria. Cualquier reforma monetaria que hagas sin devolverle la autonomía al Banco Central es absolutamente cosmética y estética”. No resolverá nada.

De hecho, los tres nuevos billetes del cono monetario que se introdujeron hace apenas unos meses, ya perdieron su valor. El más alto de todos, el billete de un millón de bolívares, no vale ni un dólar en la actualidad. 

Las reconversiones de 2008 y 2018 no fortalecieron al bolívar ni evitaron su devaluación. En la gráfica, se puede observar claramente que las devaluaciones que ha tenido la divisa venezolana tras esas dos reconversiones han sido muy superiores a cualquiera de las otras ocurridas en el siglo pasado.

Cuando Hugo Chávez asumió la presidencia  por primera vez, en febrero de 1999, se podía comprar un dólar estadounidense por 573,8 bolívares. Actualmente, el precio del dólar equivale a 31.277.000.000.000 de aquellos bolívares.

Es que la tasa cambiaria oficial actual es 3.127.700 bolívares soberanos por dólar, pero ese bolívar soberano tiene ocho ceros menos que el de 1999, debido a las dos reconversiones monetarias hechas por las administraciones chavista y madurista: Chávez le suprimió tres ceros al bolívar en 2008 y Maduro cinco en 2018. 

Según Buniak, “el bolívar fuerte nació débil y el bolívar soberano sin soberanía. Sin capacidad de ser convertible con el dólar. Ninguna de las reformas fue acompañada con planes de estabilización macroeconómicos. Continuó la emisión monetaria para financiar el gasto público de carácter clientelar, fuente inagotable de inflación”.

El economista considera que se hace necesario avanzar hacia un proceso formal de dolarización. Sin embargo, esta es una decisión política que carece de viabilidad en la actualidad, dada las sanciones económicas y financieras que enfrentan los gobernantes y el Estado venezolanos. En cualquier caso, urge un plan de estabilización con un programa de reformas estructurales en lo fiscal, monetario, cambiario, financiero, petrolero, etc. Y se necesita también ayuda de los organismos multilaterales. Auxilio financiero y apoyo técnico para reactivar la producción en actividades claves y refinanciar o reestructurar la deuda pública, entre otras cosas. “No habrá cambio económico sin cambio político en Venezuela”, concluye el economista.

Los únicos beneficios que traería este año una reconversión monetaria al país serían de carácter operativo y contable. Eliminaría las actuales perturbaciones en el sistema de pago, en la contabilidad transaccional, simplificaría la presentación de los estados financieros de las empresas y las operaciones en cajas registradoras y facturadoras, pero no habrá beneficios en términos de la credibilidad del bolívar como instrumento y reserva de valor. 

Una moneda en extinción

“El bolívar está literalmente en extinción. Básicamente por la ausencia de credibilidad en el ente emisor”, señala Buniak. La firma de consultoría Ecoanalítica estima que un 66 % de las transacciones comerciales en Venezuela se realizan en moneda extranjera hoy, una proporción 12 veces mayor a la que se daba en 2012, cuando era el 5 %.

La élite gobernante no ha logrado evitar la dolarización transaccional de la economía y tampoco la devaluación de la moneda nacional. El salario mínimo venezolano actual (10 millones de bolívares), equivale a 3,3 dólares al mes, según la tasa oficial publicada por el Banco Central de Venezuela. Y para adquirir una cesta básica alimentaria, que de acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas FMV) cuesta 803,3 millones de bolívares (321,3 dólares), se necesitan 97 de esos salarios mínimos hoy en día. 

La tasa oficial cambiaria que maneja el Banco Central de Venezuela (BCV) pasó de 60 bolívares soberanos por dólar, el 20 de agosto de 2018, a 3.127.700 bolívares soberanos por dólar, el 9 de junio 2021, cuando se escribe esta nota. Esto implica una devaluación de más del 99 % de la moneda nacional desde la última reconversión monetaria, es decir, en menos de tres años.

Escenario probable: tercer trimestre

“El Estado venezolano abusó de sus capacidades de creación de bolívares. La mayoría del país padece con el tema del efectivo y eso no se va a solucionar con la reconversión”, alertó el economista y director de Ecoanalítica Asdrúbal Oliveros, en entrevista concedida a Éxitos 99.9 FM. Oliveros informó que la banca y el sector empresarial tendrán un lapso de 90 días para ajustar sus sistemas a la nueva norma.

Los economistas y analistas financieros consultados consideran como más probable que la nueva reconversión monetaria se oficialice en el tercer trimestre de 2021, debido a que dejarlo para el último trimestre y hacerlo coincidir con las elecciones que están planteadas y con el ciclo de mayor actividad comercial del país, luce inconveniente.

Los bancos están preparados para adecuar sus sistemas contables y solo esperan que se oficialice la nueva reconversión monetaria para actuar, aseguró Claudio Rivas, secretario general de la Federación de Trabajadores Bancarios y Afines (Fetrabanca).

El ingeniero y analista financiero Henkel García, director de Econométrica, por su parte, indicó que esta reconversión servirá menos que las anteriores, porque en esta ocasión tenemos ya una economía dolarizada de facto y el uso de divisas extranjeras mucho más extendida en las actividades económicas de todo nivel. “La gente ya está resolviendo en dólares. Y lo poco que se hace en bolívares, sí es incómodo, sobre todo para las empresas que están recibiendo en bolívares, porque los montos con los que tienen que trabajar son muy altos. Este proceso les beneficiará a ellos, porque les hará eso menos incómodo, pero esto no va a traer mejoras significativas para la economía venezolana. Para lograr esas mejoras haría falta mucho más que una reconversión monetaria”, subrayó García.

Para Econométrica, resulta sensato y lógico que la nueva reconversión sea acompañada con medidas claras y eficientes para reducir la inflación. Se estima que la economía venezolana seguirá contrayéndose en 2021 y sume, con este, ocho años en recesión. Hoy el país produce casi un 80 % menos de lo que producía en 2013, cuando Maduro se hizo presidente. 

¿Tres años de vigencia o menos?

En apenas tres años ya tenemos la necesidad de hacer otra reconversión porque no se atacó la inflación. Aunque resolver la inflación no es algo fácil, dada la postración de la economía venezolana y las fuertes limitaciones del poder de turno para devolverle el progreso al país.

“Para poder aplicar una política antiinflacionaria efectiva, no solo tienen que atacar el lado monetario, como lo han intentado principalmente con el encaje legal, sino que tienen que manejar las expectativas de la gente y eso depende mucho de la confianza que se tenga en los organismos que delinean las políticas económicas. La producción y la productividad se elevarían si se logra recuperar la confianza, con políticas adecuadas, pero mientras eso no ocurra es imposible”, opina García.

Un nuevo cono monetario podría tener una vigencia inferior al de 2018 (uno o dos años en vez de tres años, por ejemplo), si no se detiene o disminuye al menos el agresivo ciclo inflacionario actual.

Cuando se le consultó sobre la cantidad de ceros que las autoridades quitarán al bolívar con la nueva reconversión monetaria, el director de Econométrica comentó que desconoce el número exacto, y que no necesariamente serán seis, como puede estar suponiendo la mayoría.

“Lo más lógico sería quitarle seis, porque permitiría darle mayor vigencia al proceso, pero si hacen eso, las camioneticas van a costar 0,3 bolívares soberanos y cómo pagas eso. Tendrías que sacar fracciones de monedas para hacerlo operativo entonces”, precisó. 

También se desconoce aún si este proceso de reconversión vendrá con nuevos billetes y un nuevo cono monetario o si se mantendrán los actuales, aunque resten varios ceros al cono actual. 

 “Tendremos que ver cómo lo terminan resolviendo. Pero esa podría ser una opción”, dijo García. Amanecerá y veremos.