La resiliencia del mercado del arte venezolano

La pandemia era la peor noticia para las galerías en un país cuya economía está hecha trizas, pero han resistido este año con creatividad y pensando en mucho más que mercado

Las galerías privadas como GBG Arts están encargándose de la investigación y promoción del arte contemporáneo que antes hacían también los museos

Foto: GBG ARTS

A Miguel Miguel García, curador, museógrafo, investigador y crítico de arte venezolano fallecido en Caracas el pasado 11 de diciembre.

 

Imposible que una pandemia detuviera el pensamiento creativo. Los artistas venezolanos, en medio de la crisis humanitaria y el covid, avanzaron en sus propuestas a un ritmo que siguieron las galerías de arte, para darles no solo proyección nacional, sino también internacional. Las inauguraciones de exposiciones presenciales y virtuales en Venezuela no se han detenido. Bajo estrictas normas de protección, el público va a las salas. Pero también desde sus casas, muchos visitan a una amplia oferta virtual y crecen los seguidores de galerías y espacios de arte en redes sociales.

Instituciones como la Sala Mendoza, promotora del arte contemporáneo de Venezuela, muestran el trabajo de los artistas emergentes. Hace unas semanas, anunciaron los doce ganadores del XVI Premio Eugenio Mendoza, que expondrán en el primer trimestre de 2021. 

También el sector privado se ha desarrollado: “Es admirable el trabajo que vienen realizando artistas y galeristas, en un momento tan difícil, con medidas de restricción de todo tipo, principalmente de movimiento. Ha habido exposiciones, inauguraciones, trabajo en redes, es un esfuerzo increíble, y los admiro enormemente”, dice Adriana Meneses, promotora cultural que desde 2015 vive en los Estados Unidos pero no se ha desvinculado de su país. 

El mercado del arte venezolano está activo, ha sobrevivido en condiciones muy difíciles y se empeña en seguir funcionando. En una situación muy compleja, política y económica, igual se abren muchas oportunidades.

Las galerías de arte en Caracas abren sus puertas, cada una reinventándose en este singular año. Espacios como GBG Arts, en Prados del Este; Beatriz Gil Galería, en Las Mercedes; ABRA Caracas, en el Centro de Arte Los Galpones y Carmen Araujo Arte, en la Hacienda La Trinidad, mantuvieron el respaldo a sus artistas y ofrecieron al público oportunidades para invertir en arte joven y también un pretexto para el solaz y el deleite.

La belleza tiene que estar presente

Beatriz Gil siente orgullo en decir que su galería fue la primera en abrir sus espacios tras el anuncio de la pandemia. Lo hizo en septiembre con una exposición individual de Pedro Medina, Documento del aquí y del ahora. Pero la hazaña la volvió a repetir en noviembre: inauguró una colectiva con 14 artistas jóvenes.

Beatriz Gil cree que los artistas que siguen en el país pronto harán maletas, pero tiene fe en que seguirán trabajando con las galerías nacionales. Aquí la obra de Luis Arroyo

Foto: Cortesía de Beatriz Gil

Durante la conversación con Beatriz Gil el optimismo siempre estuvo presente: “La exposición de Pedro Medina fue muy bien recibida, y en el caso de la colectiva, se vendieron varias obras el mismo día de la inauguración: las propuestas de Jonathan Lara y una fotografía de Ricardo Gómez Pérez”. 

Gil dice que hay mucho espacio y se quiere ver arte figurativo: “Hay un grupo de jóvenes, entre 30 y 35 años, muchos de ellos de Maracaibo, con una obra excelente, todos tienen una factura increíble. Todo es muy contemporáneo, pero también me gusta la belleza. Un cambur con un tirro en la pared no me interesa. Puede ser atrevido, pero debe tener estética, de lo contrario no lo expongo”.

“Una galería de EEUU estaba interesada en exponer tres obras de Bernadette Despujols. Tuve que sugerirle que eligiera otras piezas, porque no iba a dejar de exhibirlas en Venezuela”, cuenta Gil.

Foto: Cortesía de Beatriz Gil

“La idea de esta colectiva es ver la oferta del año 2021. Hoy me cuesta mucho saber qué va a pasar en enero. Ahora la planificación es muy complicada, pero no nos detenemos.

Mantenemos al día nuestra página, nuestras redes, pero me niego rotundamente a no montar la exposición en físico, aunque no venga nadie”, dice Beatriz Gil.

La exhibición incluye la pintura, la escultura, la instalación y la fotografía, para reflejar el panorama actual de las artes en Venezuela. La curaduría estuvo a cargo de Ruth Auerbach, quien asumió el desafío de persistir en la promoción y circulación de las artes visuales en Venezuela. 

GBG Arts y los espacios virtuales

Con un compromiso similar, GBG Arts obtuvo una respuesta que superó sus expectativas cuando Lorena González Inneco seleccionó a los artistas para el espacio virtual Tiempos de espera, que finalmente abonó el camino para la exposición en la galería de Gabriela Benaim.

Gabriela Benaim dice que los artistas están en un proceso de revisión, como ocurre con el resto de la humanidad, y miran hacia su interior. “Son procesos muy individuales. Pienso que el planeta hizo una revisión completa de los valores y eso te lleva a priorizar la vida”.

Para Gabriela Benaim, hay un repunte de la pintura y de la fotografía, y prevalece el concepto antes de la imagen.

Foto: GBG ARTS

En su quehacer, el balance de este año también ha sido positivo: “A comienzos de la pandemia, en mayo, estaba muy preocupada porque nosotros tenemos cinco salas de exposiciones y un equipo de trabajo de once personas en Caracas. Pensé que debía reducir la sala y el personal… y para nada. Tuve la dicha de haber estado muy involucrada con la tecnología desde hace más de veinte años y en este tiempo me adapté más a la virtualidad. Para mi sorpresa, la gente quiere ver la obra en físico. Yo me siento una persona joven, pero ahora hay un grupo de coleccionistas más jóvenes, que son de la edad de mi hijo, que están ávidos de formación, de visitar los espacios, de conocer a los artistas y estar muy en contacto.

«La gente está invirtiendo en arte», afirma Gabriela Benaim. «No solamente en Venezuela, sino alrededor del mundo”.

La exposición virtual de GBG Arts comenzó en agosto por Instagram y otras redes sociales, y ha sido la de mayor impacto en su adaptación a lo digital. 

“Lo que vemos es ganas de los artistas de hacer, de no parar, de revisar y continuar sus procesos creativos, de mostrar diferentes planteamientos”, dice Gabriela Benaim.

Foto: GBG ARTS

Gabriela agrega: “los artistas venezolanos no tienen nada que envidiarle al resto del mundo. Yo he tenido la oportunidad de estar en las mejores ferias internacionales, en bienales y museos, y este movimiento de artistas que viene cargado de condiciones que son características del país tienen una calidad como exponentes. Venimos del modernismo fantástico de Carlos Raúl Villanueva, la condición de que vivimos en un país muy próspero donde los museos como el de Arte Contemporáneo eran ejemplo en Latinoamérica. Está la condición de que fuimos coleccionistas por el auge del petróleo, porque nuestros padres y abuelos lo fueron; aparte de que somos como ciudadanos del mundo, porque somos una mezcla de italianos, franceses, portugueses, españoles, caribeños, y eso se ve reflejado en nuestra apertura y aproach al arte”.

Invertir en arte, una oportunidad

“Ante las crisis surge la creatividad y, ¿qué está pasando en el mundo?, que hay un rebrote de genialidad, de creatividad y de emprendimiento que no lo detiene nadie”, dice Gabriela Benaim. Por su parte, Beatriz Gil considera que los precios son razonables, dada la situación. “En este momento, comprar arte no es una primera necesidad, pero la gente sigue coleccionando en mayor o menor grado, por el placer de contemplar una obra de arte”.

Prevalecen los jóvenes que preguntan por una gráfica de Jesús Soto o de Carlos Cruz Diez, pero tanto Beatriz Gil como Gabriela Benaim recomiendan comenzar una colección con artistas de su generación. “Ya pasó el autobús de grandes maestros, pero se puede comenzar con nuevos artistas”.

Gabriela Benaim resalta que la primera labor de su galería es la formación, difusión, comercialización e intercambio. “Nos hemos especializado primero en tener conocimiento pleno de los artistas representados, segundo en saber llevar una colección. Nosotros no trabajamos con tendencias, trabajamos con el arte contemporáneo y con lo que apreciamos como valioso”.

ABRA Caracas: la contemplación

Para los directores de ABRA Caracas, Luis Romero y Melina Fernández Temes, la visión es diferente: “El mercado del arte en Venezuela hoy tiene poco que ver con un mercado de coleccionismo. La mayoría de las pocas ventas que se hacen son de clientes casuales y algún que otro coleccionista que aún tiene el empuje y la visión de ampliar su acervo artístico”. 

Luis Romero y Melina Fernández, de ABRA, sí sienten el impacto de la migración de los artistas en el deshilachamiento del circuito cultural que teníamos

Foto: Cortesía de ABRA Caracas

Según ellos, la mayoría de los coleccionistas que estaban establecidos en el país han migrado desde hace ya varios años, lo que parece haber afectado negativamente el contacto e interés con el arte que se produce y se exhibe. “Esto es lamentable, porque este sistema se compone de los artistas, las galerías, los coleccionistas y los museos. Unos a otros se necesitan para que haya un circuito de exhibición y difusión del arte y un mercado sano”, explican.

Para ABRA Caracas, el concepto de “invertir” en el arte va antecedido de la satisfacción y el deseo de una persona por adquirir una obra para su contemplación y goce: “El arte que se adquiere debe ser del gusto de quien lo compra. Partiendo de esa premisa, creemos que no hay una mejor inversión que la de disfrutar de una obra por muchos años”.

El Archivo Lares expuesto en ABRA Caracas (Cortesía ABRA Caracas)

Esta galería trabaja con artistas jóvenes que no tienen espacios ni con quién dialogar.

“El gran peso de la investigación, la educación y la difusión de la creación artística contemporánea está recayendo en los espacios expositivos como el nuestro”, dice Luis Romero.

Desde su investigación encuentran que hay estilos e intereses recientes sobre la figuración y el cuerpo, pero también sobre la fotografía y la pintura: “La contemporaneidad se caracteriza por lo ecléctico y variado de las propuestas de los artistas y es casi imposible ser determinante con alguna aseveración”. 

Carmen Araujo: reinventarse

En el caso de la galería Carmen Araujo Arte, sus líneas de estudio se orientan a repensar una tradición de arte geométrico. “Tenemos interés por lo conceptual. La galería siempre ha estado volcada a investigar unos ejes de estudios propios, que tengan que ver con lo social, lo político y lo histórico. Y en la parte fotográfica, en cómo los fotógrafos miran su territorio».

Dice Carmen Araujo: «Fotografía y arte tienen que tener un contenido de reflexión, de conexión con el mundo, que interpreta sobre su propia historia”.

Foto: Galería Carmen Araujo

Para Carmen Araujo este año fue un poco más difícil. Tuvo que cerrar el espacio que tenía en Las Mercedes, que colapsó por la cercanía de una bomba de gasolina (con las interminables colas que ahora se generan para surtir) y de un bodegón. Concentró sus esfuerzos en la galería de La Hacienda La Trinidad. “Nos llevó a reinventarnos, a generar nuevas herramientas de trabajo, a reestructurar equipos, a generar nuevos planes. Fue un año que me generó mucha ansiedad, cuando en marzo se anunció la pandemia, con una situación totalmente desconocida y un vacío gigantesco. Pero sorprendente el año fluyó, y funcionó, el balance es positivo”.

La mayoría de los artistas que ha presentado en su galería está fuera: “El éxodo de los artistas de la galería es del noventa por ciento”.

Araujo no estaba lista para trabajar en soportes digitales, pero se montó rápidamente en esa ola, con comunicaciones en redes sociales como Instagram. “Eso fue lo más abrumador en los primeros meses de pandemia, acoplarnos a un nuevo formato de trabajo. Una vez que lo logramos definir, todo comenzó a fluir”.

En noviembre inauguraron dos exposiciones: Figuraciones modernas en recurrencia, con obras de artistas que viven en el exterior, y una colectiva internacional de fotografía contemporánea La imagen fotográfica y la fotografía, curada por Ricardo Báez. 

“Cuando uno abre las puertas y ve las exposiciones montadas dices: el año valió la pena. Fue un aprendizaje muy duro, pero nos hizo crecer”, comenta Carmen Araujo.

Foto: Galería Carmen Araujo

Los espacios expositivos en Venezuela enfrentaron la pandemia con creatividad. Las galerías ocupan el lugar que antes era de museos e instituciones culturales públicas, para asesorar y formar al público en el arte contemporáneo. Y el abanico de opciones para dar a conocer a esta gran generación de artistas también es una oportunidad para ir dando señales sobre el valor futuro que una pieza de arte pueda ofrecer. El arte, como una expresión de libertad, espera por el público que lo vea, sea en medios digitales o en las salas expositivas.