Con la insólita historia, se intentó desviar la atención de la crisis, de la pandemia y de los terroríficos eventos de Guanare y Petare, y además incriminar a la oposición
Las imágenes que distribuyó el régimen de Maduro muestran documentos y equipo decomisado a los supuestos invasores
El domingo comenzó con la declaración del ministro de Interior, Néstor Reverol, explicando que durante la madrugada frustraron un intento de invasión de “un grupo de mercenarios procedentes de Colombia (…) Algunos fueron abatidos y otros capturados”, dijo, y además incautaron unos fusiles de asalto. Supuestamente llegaron hasta Vargas en lanchas rápidas, a pesar de que Venezuela y Colombia comparten 2.150 kilómetros de frontera terrestre y otros tantos de costa. Reverol afirmó que vinieron a “cometer actos terroristas en el país, asesinato de líderes revolucionarios, incrementar el espiral de violencia, generar caos y confusión en la población, y con ello derivar de un nuevo intento de golpe de Estado”. Sin una investigación, adelantó esta tesis: “Pareciera que los ensayos frustrados imperiales para derrocar al gobierno (…) los ha arrastrado a formular acciones desmedidas”.
Diosdado Cabello dio el primer saldo de la invasión: ocho personas fallecidas y dos detenidos, dijo antes de responsabilizar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al de Colombia, Iván Duque, y a la DEA, de orquestar un intento de golpe de Estado. Nombró al capitán del Ejército Robert Colina (alias Pantera) y aseguró que trabajaba para Clíver Alcalá Cordones. También añadió que uno de los detenidos es agente de la DEA. Más tarde apareció Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa, y anunció una nueva fase de los ejercicios militares Escudo Bolivariano 2020, rechazó la incursión marítima en Macuto, leyó un comunicado a nombre de la FFAA y reiteró que la incursión fue ordenada por EEUU y organizada en Colombia.
Tarek William Saab, fiscal general impuesto por la ANC, informó la designación de los fiscales 73 y 74 con competencia plena para investigar la supuesta incursión naval en Macuto, y avisó que los detenidos están a la orden del Ministerio Público. En la noche, Delcy Rodríguez adelantó que han encontrado evidencias que serán mostradas al país en las siguientes horas. Reiteró la participación de los gobiernos de EEUU y Colombia. Delcy conversó con el embajador de los Países Bajos para alertarlo, porque Aruba pudo usarse “para prestar apoyo logístico y de abastecimiento a estos grupos mercenarios”.
Ninguna autoridad le ha dado identidad a los ocho asesinados ni a los dos detenidos.
El grosero silencio institucional, después de una masacre de las dimensiones de la del centro penitenciario Cepella en Portuguesa (un motín que terminó con la muerte de casi 50 reclusos) y de cinco días de disparos entre bandas rivales del barrio José Félix Ribas, en Petare, fue quebrado con una amenaza al poder. Ocurre una supuesta invasión frustrada y todo el chavismo habló. Todos los datos ofrecidos durante la mañana del domingo gestaron una narración absurda, que bastó para secuestrar la atención de la opinión pública en un juego sencillo: elige el punto débil de tu preferencia y coméntalo. Cualquier invasión demandaría más 10 personas; cualquier conspirador hubiese optado por un punto de invasión menos vigilado que Macuto; los motores de las lanchas rápidas (cuyos GPS indicaban que venían desde Colombia, según Diosdado), deben ser muy eficientes para navegar tantas millas náuticas sin reponer combustible; el “arsenal recuperado” fue material de mofa gracias a las tortillas de trigo, un recibo odontológico de 2014, las cédulas y los pasaportes, las tarjetas bancarias y las fotos tamaño carnet, el protector solar, el fusible y, por supuesto, el casco con la bandera de EEUU.
Todo este caso de Macuto tiene un antecedente. La agencia The Associated Press reveló la historia de un plan más suicida que magnicida, supuestamente frustrado en marzo, que explica la entrega a la DEA del general Clíver Alcalá, antiguo aliado de Chávez que estaba viviendo en Colombia y que fue solicitado por el Departamento de Justicia de EEUU.
Ese plan en particular suponía que 300 hombres armados entrarían al país desde Colombia, atacarían bases militares y provocarían una rebelión popular que causaría la caída de Nicolás. Los responsables del plan suicida fueron el estadounidense Jordan Goudreau y Clíver Alcalá Cordones, ambos ex militares, mitómanos, jactanciosos y guiseros.
Tres datos relevantes del trabajo: AP no encontró evidencia de la participación del gobierno de EEUU en el complot. Desde el principio, el plan dividió a la oposición —pues no confiaban en Clíver Alcalá y era un sinsentido operar de espaldas a los gobiernos de Colombia y Estados Unidos— y rompieron el contacto con Goudreau seguros de que era una plan suicida. Y el más importante: Diosdado Cabello insistió en que el chavismo se había infiltrado en el complot durante meses, afirmó que lo sabían todo, y para probar cuán infiltrados estaban los conspiradores, afirmó que hasta pagaron algunas de las reuniones de los confabulados. Siendo así, tiene mucho más sentido que Jorge Rodríguez supiera tanto sobre el plan apenas incautaron las armas, que tuviera tantos detalles que se perdieron en la pandemia. El artículo dice con toda claridad que la oposición rompió relación con Goudreau, seguros de que su plan era suicida. Este domingo ocurren entonces dos acciones que involucran a Jordan Goudreau: aparece en Twitter un video suyo junto a Javier Nieto Quintero asumiendo la autoría de la invasión de Macuto y pidiendo a la FFAA unirse a lo que llamaron la operación Gedeón; y luego le concede a Patricia Poleo una entrevista por el contrato supuestamente suscrito por él, Juan Guaidó, JJ Rendón y Sergio Vergara para derrocar a Nicolás.
Jordan Goudreau decidió revelar el supuesto contrato y conceder la entrevista para explicar por qué lo hizo. Lamentablemente, no explicó por qué un golpe de Estado necesita de un contrato; por qué de necesitarlo, lo firmaría el mismísimo Guaidó, y mucho menos, por qué creyó en la disponibilidad financiera de la oposición venezolana. Goudreau deja en claro que rompió la confidencialidad porque no le han pagado “ni un centavo”. Toda la declaración es un sinsentido, pero asegura tener audios y videos de la transacción con Guaidó. De igual modo afirma que el Gobierno colombiano no sabía de esta operación. Aquí es importantísimo registrar la complacencia del chavismo por el trabajo de Patricia Poleo, con varias cuentas del Estado retuiteando sus mensajes, incluyendo la de VTV, además de la transmisión de Globovisión.
“Claro que hay militares patriotas dispuestos a luchar por Venezuela, pero es evidente que lo ocurrido en Vargas es una nueva olla de la dictadura. Mientras ignoran la masacre de Guanare y el enfrentamiento en Petare, pasa lo de Macuto. Buscan confundir y sembrar evidencias”, escribió Juan Guaidó para acompañar el comunicado de la presidencia encargada sobre los eventos de este fin de semana. Añade Guaidó: “Podrán mentir, pero jamás ocultar esta realidad: Maduro no tiene el control del país, y mientras él siga usurpando Miraflores, solo habrá más caos. Es urgente un Gobierno de Emergencia Nacional para estabilizar Venezuela y salir de este desastre”. En el comunicado enfatizan que este es un Estado fallido que promueve una política de violencia generalizada y que ampara a grupos irregulares para aumentar el control social y la represión, y que el régimen busca desviar la atención con un hecho plagado de incongruencias, dudas y contradicciones, del que presumen es un montaje o un hecho delictivo manipulado.
Este domingo se registraron 12 nuevos casos positivos de Covid-19 en Venezuela, la cifra de contagios se eleva a 357. Delcy Rodríguez precisó que 3 de los nuevos casos son producto del foco registrado en el estado Nueva Esparta, otros 3 están en Aragua, 2 en el Zulia y en los estados Falcón, Vargas, Miranda y Anzoátegui hay 1 caso nuevo en cada uno. Según ella, se han realizado 482.953 pruebas de despistaje.
En el mundo hay 3,5 millones de contagiados por el virus, 247.431 muertos y más de un millón de recuperados, según la Universidad Johns Hopkins. América entra en el momento álgido de la pandemia. EEUU se mantiene como el epicentro de la enfermedad: los contagios superan el millón y hay más de 66.000 muertos. En América Latina, las cifras continúan ascendiendo, van cerca de 250.000 casos confirmados y los fallecidos superan los 13.000. El subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa, ha explicado que la región está como Europa “hace seis semanas”, por lo que “se puede esperar para las próximas semanas un crecimiento del número de casos”. El epicentro latinoamericano está en Brasil, con 7.025 decesos y 101.147 casos. Perú acumula más de 45.928 casos y 1.286 fallecidos y Colombia suma 7.668 contagios y 340 fallecidos.
