La llegada del coronavirus a Venezuela permite al régimen desplegar sus conocidas armas totalitarias: excepcionalidad, discriminación, persecución inmisericorde y bullying
Con estos métodos propios del fascismo, se amedrenta a la oposición en estos días
Ayer el jefe del régimen amenazó con: «Operación Tun Tun a todos los terroristas, conspiradores y complotados», después de reiterar que si le tocan un pelo a alguno de los suyos “la furia bolivariana será la respuesta nacional”.
En paralelo, varios diputados opositores denunciaron el fin de semana que en las paredes de sus casas apareció pintada la consigna: «Furia bolivariana». La autoría intelectual queda clara y la instigación al odio también. El lunes, Juan Guaidó también denunció haber recibido amenazas similares. Haciéndole bully, le respondió Nicolás: «Aquí no estamos hablando con la cara brotada prometiendo estupideces”. Así descartó la oferta de formar un gobierno de emergencia para atender la crisis epidemiológica.
En la tarde, Delcy Rodríguez informó que en las últimas 24 horas se registraron 6 nuevos casos de COVID-19. Nicolás advirtió que hay algunos «derivados o comunitarios», es decir, se agotó el recurso de los casos importados y hay que admitir contagios locales. Nicolás volvió a incriminar a una víctima al decir que hay que averiguar por qué el tercer fallecido, el señor taxista, no se dirigió a ningún hospital (varios testimonios aseguran que estaba en sillas de ruedas desde hace meses, tras sufrir un ACV).
Nicolás le dio la bienvenida a la comitiva médica china y dijo que Venezuela es el primer país de América Latina en recibir insumos de ese país. También que ahora disponemos de «un millón de pruebas rápida» y de equipos especializados chinos. Celebró el saludo y apoyo del presidente ruso, Vladimir Putin, en la lucha contra la pandemia. Pidió «nervios de acero, máxima cordura y cuarentena radical», y aseguró que la pandemia fue contenida (¡!) y que ahora solo hay que cortar la cadena de contagios. Informó que unos 6.000 venezolanos volvieron al país por la frontera colombo-venezolana, pues aunque Duque “me quiere asesinar”, hay que coordinar lo que se hace en la frontera.
Delcy Rodríguez aseveró que la curva de expansión del COVID-19 está controlada y que la medida de cuarentena es muy importante y se mantiene. Las personas positivas en las pruebas están en: Miranda (2), Caracas (1), Bolívar (1), Aragua (1) y Yaracuy (1). Miranda sigue liderando el número de diagnósticos positivos en el país con 51 casos, le sigue Distrito Capital con 25; Aragua con 17; 10 en Vargas; 5 en Barinas; 4 en Los Roques, otros 4 en Zulia y en Lara; 2 en Bolívar, Apure y Falcón. Se mantiene en un solo contagio en los estados Anzoátegui, Monagas, Nueva Esparta y Cojedes.
Delcy dijo que de los contagiados, 47, están aislados en sus casas y que 39 se recuperaron (los tiempos no permiten afirmar que hay “recuperación”, según la OMS). Hay 21 personas en CDI, 18 en hospitales centinelas y 10 en clínicas privadas. Dijo que las edades de la mayoría de los contagiados están entre los 30 y 50 años. También celebró la llegada de 22 toneladas de insumos chinos: equipos (ultrasonido, máscaras, termómetros y ventiladores mecánicos) y 500.000 pruebas rápidas (Nicolás dijo “un millón”) y 50.000 kits para pruebas PCR.
Según un comunicado de la Casa Blanca, el presidente Donald Trump pidió al presidente Vladimir Putin que contribuya a una transición democrática en Venezuela. La llamada se centró en los precios del petróleo y en cómo contener el avance del coronavirus. Trump aprovechó para “reiterar que la situación en Venezuela es grave“. La llamada se produjo dos días después de que Rosneft anunciara el cese de sus operaciones en Venezuela y la venta de sus activos en el país a otras manos rusas.
El comunicado de la Casa Blanca dice que también se habló de «la importancia de la estabilidad en los mercados energéticos globales». «Nunca pensé que diría que quizá tenemos que aumentar el (precio del) petróleo, pero tenemos que hacerlo. El precio es demasiado bajo», afirmó Trump en una entrevista. El mandatario opinó que tanto Rusia como Arabia Saudita «se han vuelto locos» con su guerra de precios y que no quiere que esa situación «arrase el sector energético». De acuerdo con el comunicado del Kremlin, ambos mandatarios acordaron que sus respectivos ministros de Energía mantengan consultas sobre el precio del petróleo.
El régimen pide apoyos a otros gobiernos mientras sigue vulnerando los derechos humanos de los ciudadanos y usa los medios públicos para amenazar en cadena de radio y televisión, o realiza detenciones arbitrarias, en un ejercicio que la ONG Provea ha calificado como “terrorismo de Estado”. La coherencia no es su fuerte, lo sabemos.
