Desde hace un par de años reviso los créditos de canciones que son un éxito y se escuchan en cualquier esquina, suenan sin parar en la radio, son las favoritas en fiestas y que se vuelven virales en las redes. Las interpretan los más reconocidos cantantes de la actualidad. Busco esa información porque muchas veces en estos equipos figuran creadores venezolanos.
No es nuevo que los connacionales ocupen estos roles dentro de la industria musical internacional. Pero en esta oportunidad me han sorprendido las compositoras y compositores, productoras y productores, dedicados a proyectos de reguetón o pop, la música que más suena hoy.
El anonimato del compositor
El compositor no es la figura que interesa ni a los medios ni a los fanáticos. Ese y otros trabajos dentro de la industria permiten un anonimato que puede ser una ventaja. Muchos, al mismo tiempo, llevan sus proyectos, esos por lo que sí son centro de atención.
—No todo el mundo quiere el spotlight (destacar). A muchos no les interesa. Componer es su trabajo y van al estudio a hacer canciones, a venderlas —dice el valenciano Félix Lara, parte del dúo Lara Project.
Esa acotación la hace cuando le pregunto por qué un compositor no recibe la misma atención que un cantante, por qué su tarea pasa por debajo de la mesa si es tan importante. Muchas veces es la letra lo que hace que el público conecte o lo que vuelve pegajosa una pieza.
Servando Primera, uno de los músicos más conocidos del país por Salserín y el dúo Servando y Florentino, parece ser uno de esos que disfruta tras bastidores. Nunca ha querido resaltar su trabajo cuando compone para otros.
Servando es el autor de éxitos como “Duele el corazón” (Enrique Iglesias ft. Wisin, 2016), “Felices los 4” (Maluma, 2017), “Mayores” (Becky G ft. Bad Bunny, 2017), “El Baño” (Enrique Iglesias ft. Bad Bunny, 2018), y “Telepatía” (Kali Uchis, 2021).
Un caso distinto es el del compositor Óscar Hernández, Oscarcito, con una carrera artística larga y reconocida, parte del grupo A.5, del dúo Franco y Oscarcito, y quien hasta la fecha trabaja como solista. Los temas que compone para otros siempre los ha compartido y forman parte de su repertorio en conciertos.
En 2020, “Tiburones”, interpretado por Ricky Martin y escrito por Hernández, fue nominado al Latin Grammy en la categoría Canción del Año. Otras de sus canciones son: “Si tú me besas” (Víctor Manuelle, 2011), “Deja que te bese” (Alejandro Sanz ft. Marc Anthony, 2017), “El anillo” (Jennifer López, 2018), “Está rico” (Marc Anthony, Will Smith ft. Bad Bunny, 2018), y “No me acuerdo” (Thalia ft. Natti Natasha, 2018).
El dúo San Luis, formado por los hermanos Santiago y Luigi Castillo, quienes antes fueron parte de la agrupación Voz Veis, también trabajan como compositores desde Miami. Su trabajo más destacado fue el que hicieron para el último disco de Marc Anthony, Opus (2019), al escribir siete de sus once canciones. Este trabajo logró un Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum Latino Tropical Tradicional.
En muchos casos los proyectos personales de estos artistas privan sobre el trabajo para otros intérpretes. Y para algunos la carrera como solista o líder de algún dueto o grupo, llega después de este acercamiento a la industria. Ese es el caso de Reggie “El Auténtico”, quien hace poco firmó con Aftercluv y Global Talent Services para iniciar una carrera como solista. Pero antes Reggie fue productor y compositor de Zion & Lennox, Ozuna, Greeicy, Anuel y Yandel. Y una de sus composiciones más conocidas es “Muévelo” (Daddy Yankee ft. Nicky Jam, 2020).
Otro caso es el de Agustín Zubillaga, cuya carrera comenzó como ingeniero de sonido en conciertos de bandas venezolanas, luego se dedicó a la fotografía, después comenzó a producir con proyectos musicales que hoy no existen. Pero un día llegó a la venezolana Corina Smith y se convirtió en el compositor de los primeros éxitos de la cantante (“La difícil” y “Escape”).
Como productor es conocido bajo el seudónimo Mr. A on The Beat. Luego de trabajar con Smith, el compositor y productor conoció al cantante Luis Jiménez, quien también estaba comenzando a escribir para otros luego de ser conocido por las bandas de rock Los Mesoneros y Arawato. Juntos hicieron un gran equipo de composición y firmaron con Warner Music.
—Hay muchos lugares donde uno puede estar dentro de la música, no hay una sola manera de hacerlo. Hay gente feliz siendo manager, compositor, haciendo música para películas, hay muchísimos caminos dentro de la música y lo importante es tener paciencia —me dice Agustín Zubillaga.
Con Luis Jiménez trabajó en la producción del disco La Mexicana de Paty Cantú (2020), también escribieron las canciones “Final Feliz” (Danna Paola, 2018), “Roma” (Maite Perroni, 2019) y “Cuando vuelvas” (Paty Cantú, 2020), entre otras.
—Yo estaba resguardado por el anonimato —dice Zubillaga—. Siempre he visto eso de la notoriedad, de que sepan quién eres tú, como un mal necesario, no como un fin. Para mí es un efecto secundario negativo, la fama no es buena, la fama casi siempre es dañina, te alimenta un ego insano y te aísla de la gente.
Mujeres que escriben
En 2018 Claudia Prieto, cantante nacida en Maracaibo, fue nominada al Latin Grammy, por su disco Compositores, en dos categorías: Mejor Nuevo Artista y Mejor Álbum Cantautor. Este acercamiento a otros músicos, arreglistas y compositores, hizo que comenzara a asistir a sesiones de composición, poco a poco fue logrando que otros cantaran los temas que escribía.
Algunas de esas canciones que ha escrito para otros son: “Química” (Periko y Jessi León, 2019), “Estoy soltera” (Leslie Shaw, Thalía y Farina, 2020), “Me vuelvo loco” (CNCO y Abraham Mateo, 2020), “Quién dijo miedo” (Shalene y Mike Bahía, 2020), “Tú” y “Fui lo que soy” (Pitizion, 2020), “Dosis de ti” (Félix y Gil, 2020), “Enredados” (Lali, 2020) y “Gira gira” (Las Villas y Harry Nach, 2021).
El proyecto solista de Prieto se caracteriza por la honestidad de sus letras, en las que refleja sus experiencias. Pero al momento de escribir para otra persona la forma de crear cambia.
—Al principio me costaba separarme —me explica—, porque siempre escribía para mí. Esto me ha enseñado a abrir mis ojos y ponerme en los de otro. Al inicio fue un reto porque no entendía bien cómo hacerlo, pero se le va agarrando el ritmo y entendiendo códigos que tiene esta música más comercial, esta música que ya es global. La idea es que sea un tema con el que muchos se puedan relacionar y puedan bailar. Hay que crear algo que sea un éxito que venda.
La venezolana dice que ahora las productoras seleccionan a más escritoras para que formen parte de ella:
—Estábamos en una industria escrita por hombres, faltaba un poco de equilibrio. Conozco como diez mujeres que la están partiendo y muchas que están empezando, y claro, hay doscientos hombres, pero es algo que va creciendo, que está pasando, y se están abriendo puertas para que pase. La manera de ver y sentir es diferente, no significa que los chicos escriban mal o que no puedan ser sensibles, al contrario, pero sí hay algo en la forma que cambia.
Una de esas mujeres que la “están partiendo” es Elena Rose, hija de padres venezolanos, nacida en Miami, pero criada entre Puerto Rico y Venezuela. Afirma, en entrevistas para otros medios, que el contacto con estas dos culturas la ha ayudado a crear. Su carrera la inició como compositora y a mediados de 2020 lanzó su proyecto artístico.
Sus canciones son “La Ley” (CNCO, 2019), “Dollar “(Becky G y Myke Towers, 2019), “Tatto” (Rauw Alejandro, 2020), “Mami” (Paloma Mami, 2020), “De vuelta pa’ la vuelta” (Daddy Yankee y Marc Anthony, 2020), “Baila conmigo” y “De una vez” (Selena Gómez, 2021).
En búsqueda del sonido
En 2018 la venezolana Linda Briceño, conocida como Ella Bric, se convirtió en la primera mujer en ganar la categoría Productor del Año en los Latin Grammy. En ese momento compitió por su trabajo en el disco de la también venezolana MV Caldera, Segundo Piso y por su propio álbum 11.
Briceño se une a una larga lista de productores venezolanos que trabajan en proyectos musicales de todos los géneros, desde música tradicional, jazz, urbano, rock y pop.
En el género urbano específicamente, los hermanos valencianos Félix y Manuel Lara son dos de los productores más importantes.
Manuel Lara lleva meses entre los diez mejores productores según Billboard. Ese ranking se basa en la venta de los temas, y en este caso Manuel Lara está ahí por “Telepatía” de la colombiana Kali Uchis.
Como dijo Prieto, es importante lograr un tema que venda. Los hermanos Lara llegaron a trabajar con Kali Uchis luego de asistir a un concierto como fanáticos, y fueron invitados a las sesiones de composición para el disco Sin miedo (del amor y otros demonios).
—El sonido de Telepatía lo hice minutos antes de entrar al estudio y Servando me acompañó con el coro. Esa canción no iba al disco y nadie le tenía fe. Ahora es un hit mundial —cuenta Manuel Lara.
Estos hermanos, conocidos como Lara Project, aseguran que ya tienen un sonido particular en sus temas, y fue por esto que se encargaron de producir “Antes que se acabe” del álbum El último tour del mundo de Bad Bunny. Su formación profesional la hicieron en la Universidad de Berkeley, California, además vivieron en Puerto Rico por varios años, y fue esta última la que los hizo conectar con el género.
—La música urbana es de Puerto Rico y es algo cultural. Hasta que no estás ahí no entiendes por qué hablan así, por qué cantan así. No es que vamos a escuchar reggaeton para ver cómo hacen una canción —dice Félix Lara.
Sobre el trabajo del productor, explica Manuel Lara:
—Muchos de los artistas con los que hemos trabajado nos llegan con una maqueta base y nosotros vamos entendiendo la idea y damos propuestas, armamos distintas ideas, sonidos. Nuestro trabajo es ayudar a desarrollar la idea base de un artista.
Trabajar para otros y para ellos mismos
Muchos de estos artistas, como dije, escriben para otros y para ellos mismos.
Claudia Prieto cuenta que entender los códigos que hacen una canción exitosa en ventas le ha funcionado para aplicar a su música nueva que estrenará muy pronto, sin perder la esencia con la que comenzó. También dice que para ella ser compositora supone menos riesgos que ser artista y que de ahí parte que muchos músicos venezolanos se dediquen a esto.
—Muchos de los compositores aquí en Miami tienen ganas de ser artistas. Quizás empezaron con ganas de un proyecto, pero también hay que entender que somos nuevos en este país, al final necesitamos dinero y colocar una canción con tal artista me permite ganar plata y no tengo que ser Uber.
Ser artista es más difícil, se necesita inversión, es caro, y claro, si te va bien vas a generar mucha plata pero si te va mal es mucho lo que se pierde. Como compositor no tomas tanto riesgo de inversión.
Agustín Zubillaga, de Lagos, comparte la idea de Prieto de que el artista apuesta más dinero, pero también asume los dos roles como dos “juegos diferentes”.
Pero un compositor gana dinero por las regalías que se basan en la cantidad de reproducciones en las plataformas digitales. Ese pago no es inmediato y depende de que el tema tenga éxito. Al final entonces sigue siendo una apuesta.
Como quiera que sea, lo notable es la gran presencia de artistas venezolanos detrás de muchos de los temas más sonados de los últimos años. Otra muestra de una cultura que está repartida por el mundo, pero muy viva.