Toda ciudad es cambio, toda ciudad pierde y gana. Ninguna alcanza a preservar todo lo que para algunos de sus habitantes son joyas intocables. De Caracas siempre se ha hablado en términos nostálgicos, desde Arístides Rojas y Enrique Bernardo Núñez hasta las cuentas en Instagram que ensalzan el desarrollismo perezjimenista o la Venezuela saudita. Aunque la ciudad siga viva, aunque no se haya perdido del todo.
Pero para quienes nacimos después, buena parte de la ciudad que disfrutamos está hoy tan desvanecida de la ciudad real como la de la República del Este o la del Círculo de Bellas Artes. Como quienes se bañaron en el Guaire o tenían que vestirse bien cruzar la Plaza Bolívar, nosotros también hemos tenido que ver cómo bajaba la santamaría de muchos de nuestros santuarios. Más nunca pudimos ingresar al suntuoso ambiente como de vieja película de kung fu del venerable restaurante El Palmar, donde muchas generaciones se reunían a comer lumpias y arroz crocante. Más nunca pudimos disfrutar de la capacidad que tenía Lugar Común para ser una buena librería y un tremendo lugar de encuentro. Ni de la versatilidad del Teatro Bar. Ni de la sensación de efervescencia urbana que producía desplazarse por Chacao la noche en que se hacía Por el Medio de la Calle, o de conexión con el resto del mundo que nos daba el Festival Internacional de Teatro.
Todo eso está dentro de muchos de los que vivimos en Caracas en lo que va del siglo XXI y tratamos de sacarle el jugo a la ciudad, de reconciliarnos con ella, de descubrir que era mucho más que violencia, tráfico y pésima convivencia. Esos y otros lugares y eventos fueron cerrando, por razones distintas pero en general vinculadas al colapso de nuestra economía y nuestra democracia. Pero no los olvidamos, ni quienes nos fuimos ni quieres se quedaron allá.
Evocar ese mapa de la ciudad desaparecida es la misión de un libro que, a propósito del 455 aniversario de la capital venezolana, reúne 40 crónicas ilustradas, escritas por 28 periodistas e ilustradas por 17 artistas. Unos viven fuera, como Mirelis y Mariana, otros están en Caracas. Como lo define Mirelis Morales, es un ejercicio de memoria colectiva.
Caracas 455: memorias de una ciudad perdida sigue el modelo de otro proyecto de Mirelis Morales, Caracas en 450, que cinco años atrás también congregó distintas visiones sobre la ciudad, porque no se puede hablar de una metrópoli sino en coro. El nuevo libro se ocupa de “librerías, restaurantes, bares y experiencias urbanas, que han desaparecido o cambiado de uso”. Ofrece anécdotas, testimonios, datos, historias, siempre con pares de crónica e ilustración donde el todo es más que la suma de las partes. La idea, dice Morales, “es que hagas un recorrido de una punta a otra y te conectes con la dinámica urbana de una u otra generación”.
El 15 de diciembre comenzó la preventa a través de este link. Caracas 455: memorias de una ciudad perdida estará disponible a partir de febrero de 2023, en Venezuela y Estados Unidos.