Un testigo muy tranquilo y una nueva acusación contra Colombia

En lo que parece ser una respuesta al anuncio de rearme de disidentes de las FARC muy cercanos al régimen, Jorge Rodríguez dice que desmantelaron una nueva conjura con explosivos, organizada desde Bogotá

Según el régimen, el plan consistía en demoler con explosivos el Palacio de Justicia, la sede de las FAES y un bloque del 23 de Enero

Tras el anuncio de reorganización de las FARC divulgado el jueves por Iván Márquez, el presidente de Colombia, Iván Duque, acusó estar “frente a las amenazas criminales de una banda narcoterrorista que cuenta con el albergue y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro”. El Gobierno de EEUU también acusó a Nicolás de “fomentar” el regreso a las armas de los disidentes. El viernes el canciller de Nicolás, Jorge Arreaza, hizo propias las palabras de los disidentes y aseguró que el rearme era exclusiva responsabilidad del presidente Duque, y calificó de insólito que éste desplace hacia terceros, países y personas, su responsabilidad. Este sábado, el ministro de Comunicación de Nicolás, Jorge Rodríguez, presentó un relato (avalado con láminas impresas a color), sobre otro supuesto atentado que lograron desarticular. Un atentado planificado desde Colombia, dijo.

La historia

Según Rodríguez, iban a hacer estallar con C-4 el Palacio de Justicia, luego de unos intentos fallidos por atentar del mismo modo contra la sede de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) de Cotiza y el bloque 40 del 23 de enero. La operación sería ejecutada por Luis Ricardo Gómez Peñaranda, ciudadano colombo-venezolano, pero lograron evitarlo por “la acción oportuna del poder popular” que el pasado 17 de agosto detectó el cargamento explosivo contenido en “bolsas sospechosas” en la sede de las Faes y en el bloque 40. Después de esta detección, desplegaron sus mecanismos de inteligencia y capturaron a Gómez Peñaranda el jueves 29 de agosto (¡el mismo día del anuncio del rearme de los disidentes de las FARC!) porque interceptaron una llamada entre Oswaldo Gutiérrez y Rayder Russo (alias Pico), quienes, afirma Rodríguez, planificaron la entrega del material explosivo.

Un dócil testimonio

Rodríguez combinó su relato y sus láminas con el testimonio del acusado Gómez Peñaranda, un supuesto terrorista muy bien educado, lo suficiente para arrancar su testimonio dando las “Buenas noches”. Luego de mencionar su número de cédula dice: “Fui detenido el día de hoy por encontrarme trasladando (sic) material explosivo, el cual iba a ser utilizado para actos terroristas, teniendo (sic) como un objetivo la sede del Palacio de Justicia ubicada en la avenida Bolívar, en el centro de Caracas. Ya acotando (sic) que hubieron (sic) dos intentos fallidos el sábado 17, con artefactos explosivos, uno, eh, ubicando (sic) uno en la sede de los Colectivos del 23 de enero, en el bloque 40, y uno en la sede del FAES en Cotiza, los cuales fueron fallidos”. 

La calma de no ser el jefe

Gómez Peñaranda lee, no está asustado, no suda. Admite su culpa sin problemas, quizás por no ser el jefe. Dice él: “Dichas operaciones son dirigidas desde Colombia por Rayder Russo, alias Pico, quien está en una organización dirigida por el general Clíver Alcalá, lo (sic) cual se encuentra reclutando gente para una operación llamada “Fuerza de Libertad”, para ser usada en función de tumbar a (Nicolás, ¡a quien llama Presidente de la República!) teniendo (sic) tres campamentos ubicados en Colombia: uno en Maicao, uno en Riohacha, y uno en la Sierra Nevada de Santa Marta. Dichos campamentos tienen funcionarios policiales, militares, los cuales una vez recibida la orden del general Clíver iban a recibir un entrenamiento…”. Ahí lamentablemente cortaron el testimonio.

Otros solicitados

Por alguna razón, Jorge Rodríguez (y todo el sistema de inteligencia) decidió dar por cierto el testimonio de Gómez Peñaranda y usarlo como una prueba. Afirmó que los coordinadores del plan son Julio Borges (comisionado presidencial para las relaciones exteriores), Cliver Alcalá (exmilitar chavista que al pasar a retiro se convirtió en un crítico de Nicolás) y Rayder Russo, solicitado por el magnicidio frustrado del 4 de agosto de 2018, pero también acusado de ser un infiltrado del chavismo, según denunció en diciembre de 2017, el policía asesinado Óscar Pérez. Cuando puedan, revisen en Twitter la etiqueta #PicoElInfiltrado. Rodríguez explicó que Fred Mavares y Esteban Miranda, exfuncionarios de la Policía de Chacao y de la Policía del municipio Independencia (Miranda), pondrían los explosivos y por eso los están buscando; pero ya detuvieron a Rogel Guevara, quien permitió el acceso de Gómez Peñaranda al Palacio de Justicia. También lamentó que el gobierno de Colombia conspire contra el gobierno de Nicolás “a través de distintos actos terroristas”, igual agradeció a “la población venezolana que descubrió una bomba que fue desmantelada por especialistas del Ejército venezolano”.

En redes

El aparato de propaganda del chavismo se mostró profundamente incoherente: denunciaron el atentado sin dejar de usar la etiqueta “Obreros del mundo con Venezuela”, y sin dejar de informar de las “decenas de actividades espontáneas del pueblo” para apoyar la campaña anti-Trump. Vladimir Padrino López, ministro de Defensa de Nicolás, escribió: “Iván Duque y Guillermo Botero (su homólogo colombiano) además de su cínica politiquería, sufren de una ceguera pasmosa; no quieren ver la conspiración  que permanentemente se gesta en ese país, con el auspicio de ellos mismos y sin disimulo”. Delcy Rodríguez, vicepresidente de Nicolás, aseguró que “presentará ante la ONU pruebas contundentes sobre la protección y amparo de Iván Duque a grupos terroristas, entrenados y armados en Colombia para, con su anuencia, atentar contra nuestro orden constitucional”. Jorge Arreaza, canciller de Nicolás, agregó que serán “pruebas precisas (identidades, ubicación de campamentos) del amparo” de Duque a grupos terroristas para generar violencia en Venezuela.

Denuncias 

Juan Guaidó instó a la Fuerza Armada a expulsar a grupos irregulares, como el ELN y las FARC, en defensa de la soberanía venezolana: “¿Están contentos de que sigan actuando libremente en la frontera estos grupos irregulares? (…) la invitación es a que ejerzamos soberanía, a que expulsemos a los grupos irregulares de Venezuela, la invitación es realmente a hacer respetar la soberanía nacional”, dijo. Por su parte, Julio Borges respondió a las acusaciones sobre “planes terroristas” asegurando que el gobierno de Nicolás intenta tapar “lo que ya el mundo sabe: ha convertido a Venezuela en un santuario de grupos narcoterroristas y criminales que buscan desestabilizar la región”, acusando a Jorge Rodríguez de usar un “guión desgastado”. Escribió el diputado que “quienes le han entregado al ELN el oro, estaciones de radio, armamento, recursos y hasta la distribución del CLAP en ciertos municipios son ustedes”, y denunció que “existe un plan de Maduro y Castro para financiar, con el dinero de los venezolanos, a grupos armados y extremistas que buscan desestabilizar las democracias del continente”.

Lo más relevante es la profunda indiferencia de la ciudadanía ante el performance oficialista. En cualquier país, si el gobierno logra desarticular un «atentado terrorista», habla el ministro de la Defensa o el de Relaciones Interiores, pero aquí lo hace el de Comunicación, dándole un tenor de propaganda que no quieren disimular. Parecieran esforzarse por hacerlo más falaz.