Sí. Caracas Soundscape, el invento de la arquitecta de la UCV Valeria Escobar, es un mapa de Caracas, pero no como una representación plana y simplificada de su superficie, mucho menos como una proyección de un reordenamiento político-territorial. El mapa de Valeria es de la Caracas que se presenta, se conoce, se recuerda y se entiende por la diversidad de sus sonidos.
De manera que los datos geográficos de esta cartografía sirven para ubicarse en la Caracas que se extraña cuando se está fuera de ella, la misma que añora Valeria desde hace dos años y medio, cuando se mudó a Bogotá para continuar su trabajo remoto para una firma suiza.
“Es que esta ciudad colombiana es tristísima, no hay pájaros por ningún lado. El día que me di cuenta de eso, me puse un poco triste y por esos días fue que empecé a hacer el mapa”, cuenta para iniciar su conversa con Cinco8 y agrega: “Pero quedó divertido, ¿verdad?”
¡Sí, es todo un juguete! ¿Cómo lo llamo? ¿“Mapa de sonidos caraqueños”, “banda sonora de Caracas”, “melodías de la nostalgia”…?
Es un mapa interactivo, una representación audiovisual interactiva, una visión personal de cómo suena la ciudad donde viví casi toda mi vida.
¿Por qué un mapa de sonidos?
Es mapa porque soy arquitecto. Para mí, todo está regido por el espacio físico, por la ciudad que siempre tengo presente. Sonidos porque siempre están como fondo. El sonido es omnipresente, siempre está ahí, aunque no te des cuenta. Lo puse en el centro de la atención para que la gente se dé cuenta de lo relevante que es como parte de la ciudad que uno suele caminar o ver en fotos, en videos, en mapas, pero no en sonidos, que es tan importante. Al traerlo, doy una sensación de casa, de nuestro lugar.
¿Cómo se te ocurrió?
Una vez fui de paseo a Beijing. Las calles están inundadas de gente y de motos. Había algo que no me cuadraba y no porque estuviera al otro lado del mundo. Me di cuenta que las motos no sonaban, porque casi todas eran eléctricas. Entonces, se me desarmó la experiencia, o sea, descubrí las partes de una experiencia cotidiana caraqueña y es que cuando pasa una moto, también pasa una persona, una máquina, una fuerza, un sonido y hasta el terror porque te roben, o sea, pasa una emoción. Todo eso sucede y no lo había pensado. Al ver la experiencia en partes separadas, me pareció interesante y me quedé pensando en esta idea. Así que en junio del año pasado, arranqué.
De la idea al mapa, ¿cómo fue el recorrido?
¡Bien difícil! ¡Yo pensaba que podía hacerlo! ¡No sabía que eso tenía tanta dificultad! Tuve que aprender un montón de cosas sobre mapas y programación. Como trabajo tiempo completo, no tenía mucho tiempo para dedicarle a esto, pero me ponía en las mañanas antes de trabajar, en las noches y los fines de semana. A veces, me rendía un poquito y lo dejaba por un tiempo para pasar la frustración. Así que mi felicidad era cada vez que lograba avanzar algo. Ya cuando estaba recopilando la información con mis conocidos, ellos me ayudaron con sus observaciones y cuentos, y me di cuenta de que cada uno tenía su relación afectiva con algún sonido que se volvió característico de su vida.
¿Cuál es el propósito de este mapa?
Honestamente, mi propósito era terminarlo.
¿Y ahora qué?
Ahora que me lo preguntas, es una invitación a que la gente escuche, porque cualquier sonido es una expresión de vida, aunque sea el ruido de la construcción que tienes al lado. En Caracas son afortunados de compartir ese ruido con el sonido de las especies, eso es maravilloso. Y, bueno, ¡yo quisiera que esto se convierta en una versión inmersiva! Me lo imagino a gran escala en la sala de un museo y que, en vez de darle al mouse o a la pantalla, tú te muevas por una miniciudad y vayas recorriendo estos sonidos dando pasos, ¿te imaginas?
¡Claro que sí! Sobre todo porque tu mapa, de alguna manera, también presenta información sociológica de los sectores de manera sencilla, atractiva, con diseño intuitivo…
¡Ay, qué bueno que me dices eso! Estoy segura de que, si tuviera más datos, podría conseguir algunos patrones, porque así como está, ya vas conociendo que hay sonidos que están presentes en un lugar más que otros y esto te permite ir haciendo diferencias y sacando conclusiones de nuestra sociedad.
¿Podemos colaborar?
¡Ay, sí, porfa! ¡Cualquier persona que contribuya con la data es bienvenido! En el mapa está el símbolo “+” que te lleva a un Google Forms. Por favor, llénenlo con tantos detalles como puedan. Así es como se recopila la data.
¿Sirve que te pasen audios?
Sí, podría incorporarlo para hacer que suenen mejor, pero para llenar la ciudad con las líneas de colores, es necesario que la gente responda el formulario.
Tu invento hace llevadera la nostalgia…
¡Sí! La gente me lo ha dicho. Alguien me dijo que casi llora con las ranas. Otro me dijo que en su casa lo dejan sonando mientras están haciendo otra cosa. Lo mejor fue mi hermanito que, cuando escuchó las ranas, me dijo: “¡Es igualito a la casa!”… Entonces, la idea es: si en mi casa en La California sonaban las ranas, ¿qué suena o qué sonaba en la tuya?