La distancia y el confinamiento han caracterizado las últimas semanas de todos. Miles han muerto, algunos insumos esenciales escasean y el disfrute de la libertad ha disminuido considerablemente a nivel global. Sin embargo, la dureza de estas experiencias nos ha obligado a ver para adentro, buscar refugio en el arte como forma de pensamiento para darle sentido a lo que nos envuelve.
Luego de nuestra primera entrega de la serie, más artistas de nuestras galerías muestran lo que han hecho entre las cuatro paredes de la pandemia. Los fotoperiodistas Rayner Peña y Mairet Chourio se exponen, con los riesgos que conlleva, a registrar el incumplimiento de las reglas de cuarentena en una economía que no permite quedarse en casa. Efraín Ugueto ahonda en la rápida propagación del discurso ideológico, mientras que Sofía Jaimes Borges retrata las caras detrás del discurso. Angy Abruzzese se mantiene atenta a cómo han cambiado los sonidos de Ciudad de México, y Gabriela González espía la actividad de las estrellas pop en las redes sociales. Costanza de Rogatis se fija en su cuerpo y sus preocupaciones, en este caso en la manía de tocarse la cara, mientras Malu Valerio se adentra en los cuerpos que conforman el flujo migrante. Algunos ven para adentro, mientras otros se conectan con la nueva normalidad.
Mariana Mendoza: Adentro. Caracas
“El aislamiento es arduo. Estamos acoplados para conectarnos. Repentinamente, todo se condensa en nuestro hogar. La quietud de la vida que se desarrolla más allá de la ventana es visible, incluso tangible, pero inaccesible. Me propuse registrar lo que surge de mis días en el adentro».
Efraín Ugueto: Ideolo-virus. Caracas.
“Es inevitable concebir ideas estéticas a partir de los cambios profundos que sufre el mundo. Esta pieza es parte de una serie de bocetos sobre las ideologías vistas como pestes, en función de su poder, su rápida propagación y su letalidad social”.
Rayner Peña / EFE: Sin distancia. Caracas.
«Es impactante ver tanta gente junta: supuestamente estamos en cuarentena, pero por diferentes razones muchos no la pueden cumplir. Ese día fui a buscar unas fotos para una nota y me encontré esto. Solo pensaba en el riesgo. Igual, ya estaba ahí, así que sólo quedaba tomar la foto y salir”.
Sofía Jaimes Barreto: Face Tune. Caracas
“Los líderes y los no líderes se delatan en época de crisis”.
Mairet Chourio: Marilym no puede confinarse. Caracas.
“Marilym vende café y cigarrillos en la redoma de La India y no puede cumplir con la cuarentena porque tiene que asegurarle el alimento a sus hijos. En estos días ha salido con un solo termo y algunas cajetillas de cigarrillos”.
Angy Abruzzese. Paisaje transitorio: Ruido. Ciudad de México.
«Hice estos collages pensando en cómo el ruido ha cambiado en la Ciudad de México desde que estamos en cuarentena. No porque ya no suene nada, sino porque hay una estática que en verdad siempre ha estado ahí y que siento que solo ahora percibo. Estoy dándome la oportunidad de prestarle atención a cosas que generalmente ignoro».
María Gabriela Lara: Vacío. Caracas.
“Vivir la cuarentena es encontrarnos con ese espacio grande, algunas veces vacío pero que siempre ha estado allí… Es encontrarnos con lo que somos, pero extrañando lo que fuimos hace apenas un par de meses”.
Anna Jiménez: Conejos boxeadores. Caracas.
“El mundo está en un lugar muy raro ahora, pero la única manera de salir de esto es juntos”.
Carlos Jaimes: ¿La cuarentena también es un privilegio? Caracas.
“La pareja en la imagen deambula a diario por el bulevar de Sabana Grande, y me hacen pensar en las personas que viven en las calles, un grupo de alto riesgo en medio de una cuarentena global que les es imposible cumplir”.
Gabriela García: Amor en tiempos de Covid-19. Caracas.
“Estoy ahora pintando en un nuevo espacio, porque lo que era mi taller ahora es el espacio donde las dueñas de la casa juegan dominó. Estoy como desplazada, pero me gusta porque puedo fumar”.
Hecdwin Carreño: Postdata. Caracas.
“Es un difícil momento para toda la humanidad y el arte no escapa de esto. Toda la experiencia nos ayudará a afrontar la vida en los próximos años”.
Constanza De Rogatis: Cómo evitar la manía de tocarse la cara. O no. Caracas.
“He estado haciendo estos videos breves como apuntes de preocupaciones que me genera el Covid-19. Suelo tocarme el rostro cuando hablo: al sentirme nerviosa, me llevo las manos a la cara para sostenerla, para acariciarla, casi como si quisiera contener las emociones. Ahora, ante el miedo del contagio, tocar mi nariz, mi boca, mis ojos, es lo último que debo hacer y lo primero que por impulso deseo”.
Malu Valerio: Somos cuerpo, somos territorio, somos e-in migrantes. Cali-Caracas, 2019-2020.
“Durante el encierro he terminado de organizar parte del registro fotográfico que hice de piernas y pies de algunos de los migrantes venezolanos con quienes compartí en Cali, lo junté con algunos bordados que resultaron de los talleres que hice en Caracas en diciembre, y otros impresos que he seguido haciendo del proyecto, analizando contemplar también los giros recientes que han afectado a la migración venezolana en Colombia en estas semanas de cuarentena, con la idea de construir una edición corta de libros de artista”.
Gabriela Mesones Rojo: Después de la cuarentena. Santiago de Chile.
“Salí a tomar fotos apenas se levantó la cuarentena total en mi comuna. No puedo determinar cómo ha cambiado o no la dinámica de la ciudad, porque es una ciudad relativamente nueva y desconocida para mí. La exploro fotográficamente para encontrar diferencias y semejanzas con otros lugares, en los cuales todos vivimos lo mismo de forma paralela”.